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Quercus faginea. Quejigo, roble carrasqueño

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Bosquete de quejigos.

Bosquete de quejigos.

 

El quejigo es un árbol perteneciente a la familia de las fagáceas, como la encina, el roble, el castaño, el haya, la coscoja o el alcornoque. Habita de forma dispersa en la mayor parte de la Península Ibérica y prefiere terrenos con cierta humedad y más templados que la encina, aunque dependiendo de la subespecie, se adapta mejor a zonas más o menos frías. 

La madera del quejigo, además de para usos tradicionales como la producción de carbón vegetal, se ha empleado por su resistencia y fortaleza en la fabricación de vigas para la construcción.

El quejigo es marcescente, es decir, pierde las hojas al llegar el otoño, pero no lo hace del todo, ya que muchas de ellas, incluso secas, permanecen adheridas a las ramas hasta el momento en que brotan las nuevas hojas. Probablemente con ello consigue proteger de las heladas los brotes tiernos que están formándose debajo de la antigua hoja.

Quercus faginea.

Quercus faginea.

Sus bellotas, similares a las de la encina, un poco menos alargadas, aparecen antes que las de esta última, por lo que son el primer alimento otoñal de los animales. Junto a las bellotas es fácil observar, en las propias ramas del quejigo o debajo del mismo, caídas en el suelo, una especie de bolas rodeadas de unas pequeñas protuberancias que mucha gente confunde con frutos.  Se trata de agallas, una especie de tumoración que genera el árbol al ser parasitadas sus yemas por  una pequeña avispilla denominada Andricus quercustozae. El insecto pertenece a la familia Cynipidae, unos himenópteros también conocidos como avispas de las agallas o avispas gallaritas. Estas introducen en algunas yemas de las ramas unos huevecillos de los que eclosionarán sus larvas.  El quejigo reacciona generando un tumor, similar a lo que ocurre en nuestra piel si se nos quedara introducida una espina. El interior de la agalla es esponjoso y en el mismo residen las larvas de la pequeña avispa que más tarde, ya desarrolladas, saldrán al exterior completando su ciclo vital.

Agalla, hojas secas y bellota de quejigo

Agalla, hojas secas y bellota de quejigo.

Las agallas se han empleado tradicionalmente para crear eficacísimas sustancias cicatrizantes y antihemorrágicas, y para elaborar  tintes con los que teñir tejidos y cuero. Son particularmente famosas las agallas de Alepo, importante ciudad de Siria, hoy tristemente famosa por los conflictos en el país. Esas agallas, creadas por una avispa pariente de Andricus quercustozae infectan  a Quercus infectoria, una variedad de quejigo que crece en Siria, Grecia, Turquía y algunas zonas de Oriente Medio. De las mismas se obtenía la famosísima tinta de Alepo, por la que ya desde el s. XII se pagaban importantes sumas, ya que se consideraba una tinta duradera de gran calidad y hermoso color azul o negro que quedaba perfectamente fijada en los trabajos de caligrafía.

En la Sierra de Guadarrama, el quejigo se asienta en algunos bosquetes de la rampa serrana, aunque de forma algo esporádica. Prefiere los suelos calizos y más humedad y frescura que la encina, con la que llega a compartir territorio en los límites de habitabilidad de ambas. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Izda-Encina. Dcha- quejigo.

A la izquierda, una encina.  A la derecha, un quejigo.



Anisoplia baetica y su gusto por las gramíneas

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Anisoplia baetica de tres en tres.

Anisoplia baetica de tres en tres.

 

Estos pequeños coleópteros pertenecientes a los rutélidos son visibles hacia el final de la primavera y comienzos del verano. Las larvas de Anisoplia baetica se desarrollan alimentándose de raíces y materia vegetal, y en estado adulto es común ver ejemplares entre las hierbas, especialmente entre las gramíneas silvestres de las que se alimentan.

En España, Anisoplia baetica no  causa daños relevantes a la agricultura, sin embargo una especie del mismo género, Anisoplia austriaca, es una auténtica plaga en los campos de trigo, cebada y centeno de las estepas del este de Europa.

En Rusia se viene empleando como insecticida biológico el hongo Metarhizium anisopliae, cuyas esporas se rocían en los campos de cultivo. Las esporas de este hongo se pegan al cuerpo del insecto y empiezan a generar micelios –similares a las raíces de las plantas- que se introducen dentro del animal y lo matan. Al cabo de unos días, el insecto aparece cubierto de una especie de “moho” verde que es el hongo adulto. Al parecer, el hongo es inofensivo para el ser humano, pero dado que existe en forma natural en la mayoría de los suelos del mundo, se necesita tratarlo y generar cepas alteradas para vencer la inmunidad al hongo natural que los insectos han ido generando. Imaginamos que esas cepas también serán inofensivas para el ser humano, porque ver el aspecto de los insectos muertos atacados por el hongo da bastante miedo. ÁNGEL S. CRESPO

Anisoplia baetica.

Anisoplia baetica.


Frangula alnus. Arraclán, rabiacán

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El arraclán o rabiacán como se  denomina en el Sistema Central a este arbusto o pequeño arbolillo de hasta 5 metros de altura, puede verse en zonas frescas y húmedas. Los márgenes de los arroyos son lugares idóneos para esta planta muy conocida por la tradición popular, y que además de los indicados nombres comunes recibe, según las zonas geográficas, otros como hediondo, jeriondo, ceralbito, cornehuelo, sanguiño o malmaderillo.

Frangula alnus.

Frangula alnus.

Algunos de estos nombres hacen referencia a algunas de las propiedades de su madera, como el carácter quebradizo de la misma –malmaderillo-, o el mal olor de su corteza –hediondo-. Sin embargo, la madera que no es de gran calidad para los usos habituales en carpintería y ebanistería, se ha venido utilizando para la fabricación de pólvora a través del carbón vegetal obtenido de la planta. De los frutos se obtiene un tinte de color verde y de la corteza otro pigmento que sirve para teñir de color rojo.

Las hojas, los frutos y la propia madera son tóxicos, aunque empleados de forma correcta y en dosis adecuadas resultan un extraordinario purgante. Estos efectos no parecen sentirlos las aves, que son las encargadas de dispersar los frutos que son de color verde inicialmente, rojo posteriormente y negro tras la completa maduración.  Florece desde finales de abril hasta julio y los frutos maduran a partir del mes de agosto.

El arraclán no es una planta extraña pero tampoco es abundante. La podemos encontrar en la mitad septentrional y occidental de la Península Ibérica, siendo mucho más rara en Andalucía. En la Sierra de Guadarrama, y en general en el Sistema Central, también está presente, aunque limitada a la rampa serrana y zonas de media montaña. Se distribuye por Europa, Asía y algunos puntos del norte de África. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Arraclán. Frangula alnus.

Arraclán. Frangula alnus.


Cephalanthera longifolia

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Cephalanthera longifolia.

Cephalanthera longifolia.

 

 Cephalanthera longifolia es una delicada orquídea silvestre que puede alcanzar los 70 cm de altura. Está distribuida por casi toda la Península Ibérica, aunque falta en algunas zonas la meseta castellana y del oeste peninsular. Sus poblaciones se encuentran en claro retroceso en la mayor parte de Europa, incluyendo las Islas Británicas donde está considerada como especie vulnerable. Para su crecimiento necesita de claros de bosque donde la luz penetre, y es precisamente el descuido de los bosques, o directamente su desaparición, lo que hace que esta especie sea cada vez más escasa.

Afortunadamente para Cephalanthera longifolia, la Península Ibérica cuenta todavía con bosques mediterráneos idóneos para su crecimiento. Los terrenos calizos frescos y algo húmedos con presencia de quejigos Quercus faginea o encinas Quercus ilex, son perfectos para su desarrollo, aunque también se puede ver en claros de pinar o de bosques caducifolios. La falta de humedad hace que las flores no lleguen a desarrollarse totalmente, adquiriendo un tono pardo y enfermizo. Sus delicadas flores se desprenden con facilidad ante el más pequeño roce.

C. longifolia. Detalle de una flor.

C. longifolia. Detalle de una flor.

Su polinización la llevan a cabo insectos que curiosamente también polinizan a Cistus salvifolius, una especie frecuente en el ámbito de crecimiento de Cephalanthera longifolia. Para ello, la orquídea emplea mecanismos de mimetismo que atraen a esos mismos insectos. A simple vista para el ojo humano, las plantas de Cistus salvifolius no se parecen a esta orquídea, pero los insectos confunden sus colores. Estos mecanismos de mimetismo y engaño son empleados por las orquídeas, que no tienen un rico polen que ofrecer a los insectos, pero que se benefician de ellos mediante trampas sexuales o miméticas, consiguiendo así pegar sus polinios al insecto atraído.

Cephalanthera longifolia florece entre los meses de abril y julio y su abundancia, así como su tamaño, varían de unos años a otros. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Cephalanthera longifolia. Porte de la planta.

Cephalanthera longifolia. Porte de la planta.


Ya está en las librerías nuestro nuevo libro La sierra de Guadarrama para jóvenes naturalistas

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La sierra de Guadarrama para jóvenes naturalistas.

Ya está a vuestra disposición LA SIERRA DE GUADARRAMA PARA JÓVENES NATURALISTAS. Nuestro nuevo libro, pensado para todos los lectores, pero especialmente para los más jóvenes,  es una guía para disfrutar del espectáculo más apasionante que tenemos tras la puerta de casa: la naturaleza.

Los centenares de fotos e ilustraciones que hemos incluido en esta guía os ayudarán a conocer muy de cerca a  los principales habitantes de la sierra de Guadarrama y en los textos que hemos escrito, ágiles y de fácil comprensión, encontraréis su retrato y sus curiosidades más llamativas.

Casi 400 especies están descritas en sus diferentes hábitats y en las diferentes estaciones del año para que os sea más fácil identificarlas y conocerlas en su medio, el increíble “planeta” de la sierra de Guadarrama.

Esperamos que disfrutéis tanto de ella como nosotros lo hemos hecho cuando la escribíamos.


Abutilon theophrasti. Abutilon, soja borde, malva asiática

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Cápsula con semillas.  Abutilon theophrasti.

Cápsula con semillas. Abutilon theophrasti.

La malva asiática o yute de China, como también se denomina vulgarmente a esta herbácea perteneciente a la familia de las malváceas, es una planta alóctona invasora.

Abutilon theophrasti es originaria de China. Allí se empleaba 2000 años antes de Cristo para la obtención de fibra textil con la que elaborar sacos y cordeles. Es una planta muy fibrosa de características similares al yute Corchorus capsularis, otra malvácea extendida por la misma región asiática, y que es junto al algodón, la fibra textil más empleada mundialmente.

La introducción en España de Abutilon theophrasti se produjo en los años 80 a través de Cataluña y Aragón, con la importación desde Estados Unidos de semillas de maíz y soja para la alimentación del ganado porcino. Entre esas semillas llegaron algunas de esta  planta que había llegado al país norteamericano desde China para ser explotada como recurso textil. Cuando los norteamericanos concluyeron que la planta no era todo lo rentable que crían, ya era tarde. Abutilon theophrasti había prosperado por su cuenta en los campos de maíz, soja y algodón siendo casi imposible de erradicar.

Flor y cápsula en formación. Abutilon theophrasti.

Flor y cápsula en formación. Abutilon theophrasti.

Además de su facilidad para propagarse por medio de semillas, es capaz de resistir a la mayoría de los herbicidas conocidos, es más, algunos hasta favorecen su crecimiento. Hoy día la podemos encontrar principalmente en Cataluña y Aragón – Huesca y Zaragoza -, y de forma dispersa a lo largo de la geografía ibérica, y en Baleares –Mallorca-. Por ahora, el mayor problema que causa esta planta es de índole económico, como mala hierba en los cultivos de algodón y maíz. De momento no se ha establecido definitivamente fuera de los ámbitos agrícolas, pero empieza a hacerlo, y dada su capacidad para reproducirse, ello sí que puede resultar un grave perjuicio a los ecosistemas, especialmente ribereños, que es donde mejor se propaga.

En la rampa serrana de la Sierra de Guadarrama no es abundante, pero ocasionalmente se encuentran pequeños núcleos, siempre cerca de granjas y explotaciones agrícolas o ganaderas, normalmente alrededor de corrientes de agua que atraviesan dichas explotaciones. Alcanza casi un metro y medio de altura, posee unas hermosas hojas redondeadas y flores amarillas. Las semillas se encuentran contenidas en unas cápsulas que flotan perfectamente transportando su contenido de un lugar a otro. Además de su resistencia, las semillas de Abutilon theophrasti mantienen su capacidad reproductiva durante más de 50 años. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Abutilon theophrasti.

Abutilon theophrasti.


De profesión, resinero

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Pinus pinaster.

Pinus pinaster.

 

La extracción de resina va asociada a la propia existencia del ser humano. Por su condición de impermeabilizante, la construcción de embarcaciones no puede entenderse sin el uso de la resina y la pez –sustancia producto de la cocción de la resina-. Las viviendas construidas con madera se aislaban del agua por medio de la resina. La iluminación artificial tiene su origen en las antorchas y teas que se servían de resina como combustible. Incluso las contiendas bélicas encontraron en la resina un medio implacable de ataque y defensa. La resina y la pez ardiendo en forma de bolas de fuego, teas incendiarias o ánforas lanzadas en catapultas, fueron en su momento las armas más eficaces y devastadoras.

Después, ha sido fundamental en la industria química. La trementina, el aguarrás, los perfumes, pinturas, barnices, adhesivos y una innumerable serie de productos tienen su fundamento en esta sustancia extraída principalmente del pino.

La importancia de la resina va unida a la importancia del oficio de resinero. Muchas personas, pueblos y mancomunidades de pueblos de la Península Ibérica, especialmente de la zona central, han crecido y vivido gracias este producto natural. La decadencia del oficio vino asociada a la importación de resinas más baratas de otras zonas del mundo, y a la creación de resinas sintéticas.

Tronco de pino silvestre Pinus sylvestre, albar o de Valsaín. No tiene aprovechamiento resinero. Como maderable es de los más apreciados.

Tronco de pino silvestre Pinus sylvestre, albar o de Valsaín. No tiene aprovechamiento resinero. Como maderable es de los más apreciados.

La labor del resinero se iniciaba en los meses de primavera, cuando los pinos, como el resto de la vegetación, se encuentran en período de actividad y la savia fluye por los troncos. Terminaba cuando el otoño inducía en el árbol el descanso vegetativo que se prolongaba hasta la siguiente primavera. Cada resinero explotaba una “mata” o grupo de pinos formado por unos 4.000 o 5.000 ejemplares. Las matas se asignaban por sorteo, y suponían trabajo fijo durante los cinco años siguientes, que eran los que duraba la explotación.

Inicialmente, el método de extracción de resina era algo tosco. El resinero practicaba diferentes cortes en el tronco del pino para que la resina fluyera en abundancia. En el suelo se hacía un agujero que se forraba con hojas y musgo, y simplemente se esperaba a que se llenara con la resina que escurría desde el tronco. La resina se recogía desde el agujero con una pala y se vertía en cubos de lata o madera. El contenido de  los cubos se trasladaba hasta unas grandes tinajas llamadas pegueras o alquitaras Esta operación se llevaba a cabo cuatro o cinco veces por temporada, practicando los cortes cada vez más arriba del árbol que acababa muriendo por el exceso de cortes y sobreexplotación. Además, la resina recogida estaba impregnada de tierra, hojas y suciedad, y gran parte de ella se perdía filtrada entre las paredes del agujero o se resecaba y evaporaba en el largo trayecto que recorría desde las incisiones hasta el suelo.

Para paliar estos defectos, y fundamentalmente evitar el deterioro de los pinares, se impuso el denominado método Hugues empleado en Francia. Los cortes se practicaban usando un método menos dañino, situando justo debajo de ellos una vasija en la que se precipitaba la resina a través de una chapa cóncava dispuesta entre el corte y la vasija. Este método, denominado “aprovechamiento a vida” era la contraposición al tradicional, llamado “aprovechamiento a muerte”. No solamente permitía obtener más beneficios, ya que se aprovechaba con limpieza toda la resina extraída, sino que aumentaba la vida del pinar. Sin embargo, a nuestros resineros les costó adaptarse al sistema, prefiriendo el viejo “aprovechamiento a muerte” hasta que la diferencia de ingresos económicos les convenció de usar el método Hugues.

A mediados del s. XX se estableció un nuevo sistema llamado “de pica de corteza con estimulantes” en el que se usaba ácido sulfúrico –líquido o en pasta- para estimular el sangrado del árbol. Con este método no era necesario hacer incisiones tan profundas, se necesitaba menos esfuerzo físico y se aminoraba el deterioro del tronco, que podía ser talado y usado como madera.

Pino resinero. Pinus pinaster.

Pino resinero. Pinus pinaster.

La resina extraída en los pinares españoles tenía como destino final la destilación y obtención de aguarrás y colofonia. El aguarrás es un conocido producto usado, entre otras cosas, como disolvente de pinturas. La colofonia, llamada Pez de Castilla, es una pasta endurecida, de color ambarino, que se emplea en multitud de productos que van desde la goma de mascar al polvo que emplean los escaladores para conseguir mayor adherencia, pasando por lacas, pegamentos, barnices, aislantes, etc.

Un áspero trabajo el de los resineros, que pasaban jornadas enteras en el monte, si es que no pernoctaban en el mismo durante la temporada de resinación. A los peligros propios de la profesión, donde no eran extraños cortes y caídas, se unía la temible procesionaria del pino, aunque por fortuna el pino resinero Pinus pinaster, que ha sido la especie predilecta para la resinación, no es la más suculenta para este lepidóptero. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

El pino laricio Pinus nigra, el pino carrasco Pinus halepensis y el pino resinero Pinus pinaster son las especies resineras por excelencia, fundamentalmente la última.

El pino laricio Pinus nigra, el pino carrasco Pinus halepensis y el pino resinero Pinus pinaster son las especies resineras por excelencia, fundamentalmente la última.

 

 

 


Muérdago, la planta mágica


En las librerías, la Guía de campo de la sierra de Guadarrama

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Tenemos el gusto de comunicaros que ya está disponible en todas las librerías la Guía de Campo de la sierra de Guadarrama, proyecto ahora hecho realidad, en el que hemos trabajado con pasión en los últimos meses. Desde aquí os invitamos a que la conozcáis y la disfrutéis. En ella podéis reconocer más de 600 especies de animales y plantas que habitan en  las emblemáticas montañas de Guadarrama y sus alrededores.

El libro consta de 254 páginas repletas de fotografías e ilustraciones.  Los textos, cortos y divulgativos, nos hablan  de las características y los aspectos curiosos de cada especie para que podamos identificarla fácilmente en su entorno natural. Se incluye también un índice de todas las especies contenidas con su nombre común y científico.

Para ser el mejor compañero de paseos y excursiones, el texto se ha dividido por hábitats -la rampa serrana, el robledal, el pinar de pino silvestre, la alta montaña, el medio acuático  y el entorno de las poblaciones- y  en cada uno de estos espacios se ha hecho un recorrido de lo que podemos ver en cada estación del año.

La Guía hace referencia a otros aspectos de la sierra de Guadarrama -parte de ella, por fin Parque Nacional- como al relieve, la hidrografía, el clima y algunos de sus espacios más emblemáticos como la Pedriza del Manzanares, el valle del Lozoya o los montes de Valsaín.

Editorial: Ediciones La Librería

Título: Guía de campo de la sierra de Guadarrama

Autores: Ángel Sánchez/ Isabel Pérez

Páginas: 254

Podéis ver aquí un ejemplo del contenido del libro:

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Plantago media, llantén mediano, un socorrido bactericida

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Plantago media.

Plantago media.

El llantén mediano, al igual que otras especies del género Plantago, ha sido empleada como medicinal desde muy antiguo. Se dice que los romanos ya usaban estas plantas para aliviar multitud de dolencias, incluido  el terrible dolor de muelas y las infecciones oculares.

Su nombre, plantago, deriva del latín planta (pie), algo así como un pie o una pisada, y hace referencia a la forma de sus hojas. También esas hojas con forma de pie sirven para limpiar y curar heridas debido a la presencia de una sustancia antibiótica denominada aucubigenina. Esta sustancia pierde sus efectos antisépticos con la cocción, por lo que las hojas, una vez limpias, deben aplicarse directamente sobre las heridas.

Por si no fueran suficientes sus propiedades medicinales, el llantén contiene ácido salicílico, que actúa favorablemente ante las enfermedades respiratorias.

Plantago media es una especie propia de Europa central y occidental que se introdujo en Norteamérica. Se cuenta que los indios norteamericanos la denominaban “pisada de hombre blanco”, ya que crecía en los lugares colonizados por los europeos. Esto puede parecer un tanto extraño, pero si tenemos en cuenta que las semillas del llantén se pegan literalmente a los pies y los pantalones cuando se hidratan, debido a que tienen un  alto contenido en mucílagos, no es del todo improbable pensar que acabaran siendo transportadas en el calzado o la ropa de los colonizadores.

El llantén mediano o Plantago media, de un bonito colar rosado y entre 20 y 50 cm de altura, florece entre mayo y agosto. Lo podemos encontrar en herbazales húmedos, casi encharcados, y altitudes de hasta 2.000 metros. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Plantago media-llantén mediano.

Plantago media-llantén mediano.


Echium boissieri, lenguazas, viborera gigante; una rareza de altura

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Echium boissieri. Detalle de las flores.

Echium boissieri. Detalle de las flores.

 

La viborera gigante hace honor a su calificativo, ya que muchos ejemplares alcanzan los 2,5 metros de altura. Echium boissieri  es una planta rara, no muy abundante, que se encuentra distribuida por el norte de África – Marruecos y Argelia- y el Sistema Bético en Andalucía. Excepcionalmente la podemos ver en puntos aislados en la Comunidad de Madrid, Castilla La Mancha, Extremadura y Aragón.

La causa de esta dispersión está en su naturaleza “viaria”, ya que tiende a crecer en los bordes de caminos, taludes y carreteras, lo cual ha favorecido que sus semillas viajen desde su área natural del sur peninsular.

En Aragón está protegida, y en la Comunidad de Madrid solamente es posible verla, llamando la atención por su altura y porte, en un punto concreto de la rampa serrana, a lo largo de una concreta carretera y en un tramo de algo más de 1 km. Su cercanía a la carretera implica que se vea sometida a continuos desbroces que merman sus poblaciones.

Echium boissieri es una planta herbácea, bianual, que prefiere suelos nitrófilos y que frecuenta los sustratos arcillosos. Florece entre los meses de mayo y julio, mostrando inicialmente una roseta basal de hojas que va perdiendo consistencia a medida que sus tallos crecen. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Echium boissieri.

Echium boissieri.


La Catedral de Segovia y la leyenda del carro del diablo

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Actual catedral de Segovia.

Actual catedral de Segovia.

La Catedral de Segovia  está relacionada con un enclave de la Sierra de Guadarrama a través de una antigua leyenda en la que también interviene el mismísimo diablo. No nos estamos refiriendo a la magnífica Catedral de Segovia que actualmente contemplamos, cuyo nombre completo es  Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y San Frutos, o de forma más sincrética, Catedral de Santa María de Segovia. Nos referimos a la antigua Catedral de Segovia, que fue prácticamente destruida en el año 1520 durante las feroces contiendas de la Guerra de las Comunidades de Castilla. La actual se construyó entre los siglos XVI y XVIII, precisamente para sustituir a la que es objeto de la leyenda. La antigua se encontraba junto al Alcázar, y las obras finales de su construcción se encargaron al insigne arquitecto Juan Guas allá por el Siglo XV.

Cuenta la leyenda que Juan Guas no veía el momento de terminar las obras, y que era apremiado una y otra vez para finalizarlas. Preso de la desesperación y para acabar las dichosas obras, hizo eso que llaman “un pacto con el diablo”. Dice la leyenda que gracias a ese pacto los carros cargados de piedra iban llegando rápidamente a Segovia. Lo hacían a través del Puerto del Reventón, un paso de montaña situado entre el Valle del Lozoya y La Granja de San Ildefonso, municipio este ultimo ya cercano a la capital segoviana.

Carro del diablo.

Carro del diablo.

Cuando faltaba el último carro cargado de piedra, el arquitecto ya confiado en terminar, decidió romper su pacto, y ya sabemos que Satanás no encaja bien esos desplantes. Así que ese último carro quedo completamente petrificado en el Puerto del Reventón sin llegar nunca a su destino, impidiendo que las dos torres catedralicias quedaran terminadas.

Actualmente podemos ver el supuesto carro en la subida al Puerto, y la verdad es que si le echamos imaginación, ese conjunto de bolos de granito puede parecer un carro, o algo similar. Lo cierto es que una de las dos torres de la antigua Catedral de Segovia era de menor altura que la otra. También dicen que solamente tuvo una. Vaya usted a saber. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS

Catedral de Segovia.

Catedral de Segovia.


El Alto del León, un paso histórico con mil nombres

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Alto del León. Escultura que otorga el nombre a este antiguo paso de montaña.

Alto del León. Escultura que otorga el nombre a este antiguo paso de montaña.

 

El Alto del León, Puerto de Guadarrama, Puerto de los Leones, Puerto del León, Valatome, Tablada o los Leones de Castilla, son solamente algunos de los muchos nombres que ha recibido a lo largo de la historia este estratégico paso de la Sierra de Guadarrama.

Partiendo desde el municipio de Guadarrama, se asciende a este alto cuya cumbre se sitúa a unos discretos 1500 metros. Precisamente, su no muy elevada cota convirtió a este punto de la zona centro occidental de la Sierra de Guadarrama, en uno de los más accesibles pasos entre las dos mesetas castellanas.

El primer nombre conocido, como no podía ser de otro modo es de origen árabe, y este fue Balat Humayd, por donde llevaron a cabo sus incursiones de norte a sur y de sur a norte las huestes musulmanas y cristianas, que cada cierto tiempo y sin faltar a la cita, se atacaban, contraatacaban y saqueaban respectivamente. Cuesta imaginar que allá por el siglo X cruzaran por este paso las impresionantes tropas del Abd- Al Rahmán III, provenientes de Córdoba.

Al finalizar el dominio andalusí, los cristianos castellanizaron el nombre árabe del puerto, que pasó a llamarse de varias formas, entre ellas Valtome, Baratome o Valathome. Y como Valathome se conoció al Puerto del León durante la Edad Media, hasta el S. XIV en el que pasó a denominarse Tablada. Este último nombre sería idéntico al de una famosa venta situada en las cercanías del puerto, en la actual zona madrileña, y que por su importancia y trasiego de caminantes llegó a formar una pequeña aldea. Es precisamente la popularidad de la venta la que proporcionó nombre al puerto. Así lo atestiguan tanto el Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita como el Libro de la Montería de Alfonso XI, este último, auténtico manual de geografía de la época. Actualmente,  Tablada es una estación de tren, de poca importancia, pero que conserva su nombre y un pequeño apeadero, además de ser sus proximidades el único enclave en la Comunidad de Madrid de la mariposa Aricia morronensis, que necesita para vivir de unas determinadas especies de geranio silvestre que tienen en esta zona su reducido y exclusivo hábitat.

Dejando a un lado esta breve incursión entomológica, seguiremos con los nombres de nuestro querido puerto, ahora ya para acercarnos a su actual denominación felina “ Alto del León”.

El puerto de Tablada fue testigo en los Siglos XV y XVI de un continuo trasiego de comerciantes y mercaderías. Era lugar de tránsito obligado para los feriantes de uno y otro lado de la Sierra de Guadarrama, que por su orografía preferían Tablada al cercano paso de la Fuenfría, más directo pero más complicado de atravesar.

Sin embargo, la climatología de antaño, mucho más adversa que la actual, incomunicaba frecuentemente el puerto. Los temporales y nieblas invernales hacían prácticamente invisible el camino, tanto que una de las más famosas ventas de Tablada era la Venta de la Campana, cuyos propietarios hacían uso de una campana para orientar a los perdidos viajeros y guiarlos hasta sus dependencias. De ahí viene otro de los nombres del Puerto, llamado entonces por muchos Puerto de la Campanilla.

Fueron las dificultades derivadas de las condiciones meteorológicas, entre las que se incluían las tremendas nevadas que hacían intransitable el paso durante parte del año, las que motivaron que ya en el S. XVIII –nunca hemos sido rápidos en aplicar medidas-, el monarca Fernando VI decidiera adecentar el Puerto y construir una moderna carretera. El encargado de proyectar tamaña obra fue el ingeniero francés Françoise Nagle. Empleando los por entonces avanzados conocimientos de la ingeniería francesa en  materia de obras públicas, se construyó una carretera que no tiene mucho que envidiar a las actuales, de hecho, el actual trazado y morfología es básicamente el de entonces. La carretera incluía muros de contención, aliviaderos de agua, columnas de señalización para orientación en caso de nevadas, y hasta un bonito paseo para enlazar el puerto con el municipio de Guadarrama. El trazado de este nuevo camino se alejaba 1,5 Km aproximadamente del antiguo paso de Tablada, y establecía una ruta casi directa hacia el municipio segoviano de El Espinar, coronando en el Alto de Guadarrama o Puerto de Guadarrama.  Así en 1749 quedaba inaugurada la obra, y para honor y gloria del monarca que ordenó su construcción, se levantó una escultura de piedra con un león aferrando con sus garras dos globos terrestres. Actualmente el pedestal con el león queda situado en medio de dos carriles, y por si alguien no quiere jugarse el tipo cruzando la carretera para leer la inscripción, adelantamos su contenido: FERNANDUS VI / PATER PATRIAE / VIAM UTRIQUE CASTELLA  /SUPERATIS MONTIBUS FECIT AN. / SALUT. / MDCCXLIX  / REGNO SUI IV / Lo que viene a decir: “ Fernando VI  /Padre de la patria  /hizo para ambas Castillas esta vía / por encima de los montes / 1749 año de nuestra salvación y IV de su reinado”.

Así las cosas, el león de piedra proporcionó un nuevo nombre, Alto del León, al que se sumaron el de Puerto de Guadarrama o Alto de Guadarrama por su ubicación, aunque mucha gente continuó llamándolo Puerto de Tablada recordando al cercano paso anterior. Como consecuencia del nuevo paso se crearon también nuevas ventas, una de ellas la de San Rafael en la zona segoviana, que adquirió gran importancia como punto de referencia en el descanso y aprovisionamiento de los viajeros.

Pero como no podía ser de otro modo, la Guerra Civil Española (1936-1939), dejó su impronta en el puerto y en su nombre. Pocas cosas se salvan en nuestro país de la influencia de la última confrontación fraticida, y el nombre del paso de montaña tampoco quedaría al margen.

Alto del León. Construcción militar de la Guerra Civil Española.

Alto del León. Construcción militar de la Guerra Civil Española.

La histórica situación estratégica del puerto no pasó desapercibida para los contendientes, especialmente para las tropas franquistas que el día 22 de Julio de 1936 tomaron el Alto del León con la colaboración de refuerzos falangistas llegados desde Valladolid. La finalidad era acceder desde allí hasta la cumbre de Cabeza Líjar y tomar el control del importante observatorio que supone esta cima de 1824 metros, situada estratégicamente entre las provincias de Madrid, Segovia y Ávila. Tras los enfrentamientos, de los que dan fe las numerosas construcciones bélicas a lo largo de la ruta hasta Cabeza Líjar, esta plaza también fue ocupada por el ejército franquista, aunque las contiendas no terminaron hasta la toma final de Madrid que supuso el final de la Guerra Civil.

En honor a los soldados que lucharon a favor  de Franco en este puerto, Ramón Serrano Súñer, Ministro de Gobernación en 1939, rebautizó al Alto del León como Alto de los Leones, suponemos que con intención de comparar a aquellos soldados con fieros leones. Por si ello no fuera bastante, teniendo en consideración que la toma del Alto se llevó a cabo con la inestimable colaboración de falangistas venidos de Valladolid, se acuñó comúnmente el nombre Alto de los Leones de Castilla, por eso de que aquellos “leones” eran de Valladolid, preciosa capital que como todo el mundo sabe está en Castilla.

La historia termina en el año 2000 cuando Roberto Fernández, un jubilado madrileño, se empeñó en recuperar el viejo nombre del s.XVIII. Aunque parezca imposible lo consiguió, y el Ministerio de Fomento repuso el nombre con el que actualmente debemos denominarlo, Alto del León, haciendo honores única y exclusivamente al león de piedra que lo corona. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS


Alnus glutinosa. Aliso, alno

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Amentos y frutos de aliso. (Alnus glutinosa).

Amentos y frutos de aliso. (Alnus glutinosa).

El aliso, Alnus glutinosa, es un árbol adaptado al medio acuático, tanto que puede vivir parcialmente sumergido. Para soportar las fuertes corrientes y avenidas de agua, el aliso genera un sistema de raíces lo suficientemente potente para mantenerse firme a pesar de los 25 metros de altura que llega a alcanzar. Esas mismas raíces, o al menos una parte de ellas, llegan a profundizar lo necesario para acceder a las aguas que el verano ha confinado a capas freáticas más profundas. Por otra parte, las raíces más superficiales poseen una especie de nódulos capaces de fijar el nitrógeno del aire y así mantener vivo al aliso.

Esta capacidad para sobrevivir en terrenos encharcados o incluso sumergidos, hacen del aliso un árbol especialmente idóneo para ser plantado en terrenos donde cualquier otra planta no viviría.

La madera del aliso, que una vez cortada y con el transcurso del tiempo adquiere un tono rojizo y más tarde negro, es resistente a la humedad y al agua. Entre sus usos más importantes se encuentra la construcción de barcos, diques y conducciones de agua, ya los romanos la empleaban en sus acueductos. Sin embargo, fuera del entorno húmedo no es muy resistente y tiende a deteriorarse en contacto con el aire.

La corteza posee pigmentos con los que se obtiene un tinte negro, empleado en el curtido de pieles y en la industria textil. Para la obtención de este tinte, antiguamente los curtidores realizaban una infusión con la propia corteza a la que se añadían pequeñas virutas o ralladura de hierro.

Entre las propiedades medicinales del aliso destacan el poder antiinflamatorio de sus hojas, a las que también se atribuyen cualidades  para combatir la ciática y el reumatismo, siempre aplicadas como cataplasma y de forma externa. La corteza se ha llegado a usar como sustitutiva de la quina en el tratamiento de procesos febriles y como curativa de enfermedades de las encías, boca y garganta.

El aliso, sin ser muy abundante,  tiene distribución por casi toda la Península Ibérica, siempre cerca de arroyos, ríos y en general, zonas de alta humedad hasta altitudes no superiores a los 1600 metros. En la Sierra de Guadarrama forma parte de la vegetación de ribera en algunos ríos, como el río Guadalix,  que tras nacer en el Puerto de la Morcuera y discurrir por Miraflores de la Sierra con el nombre de arroyo Miraflores, acaba siendo tributario del Jarama.  El propio nombre del río Guadalix hace referencia al aliso, ya que Guadalix significa “río de los alisos”. ÁNGEL S. CRESPO  para GUADARRAMISTAS

Hojas de aliso (Alnus glutinosa).

Hojas de aliso (Alnus glutinosa).

 


La Tuerta, mujer bandolera y George Borrow o Jorgito el Inglés

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El bandolerismo, ya lo consideremos crimen organizado, “oficio” o modo de ganarse la vida, tuvo en toda España una nutrida representación. Desde el siglo XI y hasta comienzos del XX se pueden hacer listados de bandoleros, ya sea por provincias, municipios, peligrosidad, especialidades o áreas de interés, porque haberlos los ha habido de toda clase y condición.

Especialmente prolífico en bandoleros y saqueadores de caminos fue el s. XIX, período de nuestra historia convulso, iniciado con la Guerra de la Independencia, en la que la inferioridad militar española se compensó con la pasión de los ciudadanos y las emboscadas guerrilleras. Las necesidades de la postguerra y el hecho de que  algunos de aquellos guerrilleros patriotas se reconvirtieran en autónomos de la violencia en beneficio propio, llenó aún más los montes hispánicos de salteadores de caminos.

Por supuesto, la Sierra de Guadarrama no se quedó al margen de la tendencia, y algunos de los más famosos como Luis Candelas, El Tuerto de Pirón, Pablo Santos, Paco el Sastre o Antonio Sánchez alias “Chorra al Aire”, encontraron en los recónditos escarpes serranos lugar donde actuar y ocultarse. De menor categoría podrían enumerarse bastantes más.

Aún con esta abundancia de bandoleros, no encontramos muchos casos de mujeres bandoleras. El único caso mencionado en la Sierra de Guadarrama corresponde a la que lleva por sobrenombre “La Tuerta”. De su existencia solamente tenemos constancia por la obra del escritor británico George Borrow (1803-1881), conocido popularmente como “Jorgito el Inglés”. Borrow era un viajero impenitente, cuya obra fue traducida por Manuel Azaña, y que se especializó en la vida y cultura gitana. La verdad es que leyendo alguno de sus textos,  “Jorgito el Inglés” debía ser algo masoquista porque le entusiasmaban las sierras y las historias de bandoleros y criminales, pero pasaba un miedo atroz cada vez que se veía en la montaña con la noche cerca.

George Borrow, más conocido como Jorgito el Inglés.

George Borrow, más conocido como Jorgito el Inglés.

Borrow  contaba que había en Madrid dos gitanas de armas tomar,  a las que llamaban “La Pepa” y “La Chincharrona”, con las que el escritor quería mantener una entrevista para documentar sus escritos. Optó por la tal Pepa,  que le presentó a sus  dos hijas, “La Tuerta” y “La Casdami”. La última recibía también el nombre de “La Escorpión”, lo cual nos da que pensar acerca de sus cualidades, y eso que solamente contaba con trece añitos. De su conversación con ellas resultó que “La Tuerta” era una bandolera que actuaba en las inmediaciones del Alto del León, y lo hacía siempre disfrazada de hombre. Según ella, perpetraba los atracos sola usando una escopeta y un caballo, y no había camino que no tuviera escudriñado.

Contó “La Tuerta” al escritor que en cierta ocasión acudió en compañía de otros maleantes a asaltar a un anciano que vivía solo porque sabían que guardaba una importante suma de dinero. Como el anciano se negó a desvelarles el escondite lo torturaron con cortes de navaja y quemaduras. Pero no consiguieron que hablara. Así que a “La Tuerta” se le ocurrió una idea que ni a Tarantino en pleno delirio creativo se le hubiera pasado por la cabeza: restregar los párpados del viejo con una guindilla, por dentro, claro, que es por donde más escuece. Aún así el tipo no habló y decidieron matarlo. Justo en ese momento debió aflorar un nuevo brote psicótico de “La Tuerta” que decidió perdonarle la vida, ya que según ella, un hombre de tal valentía y firmeza de corazón hubiera merecido ser su marido de no ser tan anciano.

De “La Tuerta” no hay más datos que los que George Borrow aportó, así que no parece que fuera una importante bandolera, o tal vez pasó desapercibida o confundida con algún famoso saqueador, por eso de ir disfrazada de hombre.

Para los interesados en la obra de George Borrow:

Los zincalí. Los gitanos en España. Traducción de manuel Azaña. Ed. La Nave. Madrid. 1932

La Biblia en España. Vol III. Traducción de Manuel Azaña. Jiménez Fraud, Editor. Madrid 1921

 



Gegenes nostrodamus. Veloz de las rieras

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Gegenes nostrodamus.

Gegenes nostrodamus.

 

Gegenes nostrodamus, es el curioso nombre científico de esta extraña mariposa especialista en desesperar a los sufridos fotógrafos que la persiguen. Su nombre común dice mucho de su hábitos “Veloz de las rieras”, y es que veloz lo es como un rayo. Las rieras, los caminos secos, polvorientos, pedregosos e incómodos para el observador son su centro de operaciones.

Nuestra amiga Gegenes nostrodamus es un hespérido que vive en la región costera del Mediterráneo, Turquía, Irán, Afganistán, Pakistán, Irak y el noroeste de India, por lo que podemos deducir que le gusta el calor y la sequedad del ambiente, no en vano las orugas aguantan muy mal la humedad y el frío.

En la Península Ibérica Gegenes nostrodamus es una mariposa escasa, muy local, que vive en la zona costera mediterránea y de forma esporádica se puede encontrar en concretos enclaves del sur de Madrid, Toledo, Teruel, Soria y alguna otra provincia.

Vuela entre los meses de abril a octubre, en  dos o tres generaciones. En las zonas del interior peninsular donde las temperaturas pueden ser frías en el comienzo de la primavera, la primera generación no suele aparecer hasta el mes de mayo, y dentro de su escasez es más abundante la segunda generación que eclosiona entre finales de julio y agosto.

Las orugas tienen como planta nutricia especies de gramíneas del género Aelurupus y Panicum

Los machos de la mariposa Veloz de las rieras son muy tímidos, se asustan con facilidad y huyen con vuelos muy rápidos y a poca altura del suelo, aunque tienden a volver de nuevo al mismo lugar transcurridos unos instantes. Las hembras, también rápidas y nerviosas a la hora de hacer sus puestas de huevos, se apartan de los caminos dominados por los machos, y con algo de fortuna pueden verse a primera hora de la mañana posadas en las gramíneas. ÁNGEL S. CRESPO  para GUADARRAMISTAS

 


La Bola del Mundo o Alto de las Guarramillas

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El Alto de las Guarramillas es seguramente una de las cumbres más conocidas de la Sierra de Guadarrama. En primer lugar por su acceso desde el populoso Puerto de Navacerrada, y en segundo lugar y fundamentalmente, por la presencia de los archiconocidos repetidores de televisión, que ha modo de estandarte –poco estético- coronan este enclave serrano y le han otorgado el pseudónimo de Bola del Mundo.

El origen de su nombre real, Alto de las Guarramillas, es algo controvertido, como muchas de las cuestiones que tienen que ver con la toponimia. Las versiones acerca del origen del nombre enzarzan a los estudiosos en disquisiciones que, sin dejar de ser necesarias, muchas veces arrojan más oscuridad que luz. De ese modo, algunos autores desarrollan teorías que hablan de las Guarramas, Guarrama y Gran Guarrama, como topónimos, y otros consideran que se trata de simples deformaciones del lenguaje sin base real para afirmar su existencia.

Las famosas antenas de la Bola del Mundo.

Las famosas antenas de la Bola del Mundo.

Lo único que sÍ podemos afirmar es que el famoso Libro de la Montería del rey Alfonso XI, un auténtico manual de caza que delimitaba zonas geográficas concretas, al referirse a esta parte de la sierra, menciona las Guadarramiellas como puntos donde situar las vocerías, que eran algo así como enclaves para ojeadores que dirigían las piezas –en este caso, osos- hacia quienes iban a darles caza. Lo que no hace el Libro de la Montería es indicar cuántas eran esas guadarramiellas, ni su situación.

Placa del vértice geodésico del Alto de las Guarramillas.

Placa del vértice geodésico del Alto de las Guarramillas.

Cayetano Enríquez de Salamanca, en su libro “Por la Sierra de Guadarrama” editorial Aro Artes Gráficas 1981, afirma que las Guarramillas son cuatro. Se trataría de cuatro elevaciones o resaltes, que de forma escalonada se situarían iniciando el ascenso desde el Puerto de Navacerrada por la pista de hormigón, del siguiente modo: la primera guarramilla estaría localizada donde se encuentra el bar y estación superior del telesilla, a unos 2.180 metros de altitud.  Un poco más arriba hay otro pequeño resalte montañoso, a unos 2.210 metros que sería la segunda y en la que se ubica una cruz metálica. Desde aquí se inicia una rampa ascendente hasta la tercera guarramilla que es la más alta con 2.262 metros y coincide con el lugar donde están situadas las antenas de televisión. La cuarta y última  de estas elevaciones, a unos 300 metros y después de un ligero descenso, sería otra elevación situada al noreste de la tercera, entre el Ventisquero de la Condesa y las pistas de Vadesquí, a 2.246 metros de altitud.

Vista desde el Alto de las Guarramillas.

Vista desde el Alto de las Guarramillas.

Como decíamos al principio, a esta denominación de Alto de las Guarramillas se ha sumado una mucho más popular que es la de Bola del Mundo, a mi juicio menos elegante, aunque también tiene su origen histórico.  En este caso, la historia se remonta al año 1959 cuando se instalaron las antenas repetidoras de televisión. Al parecer, las primeras emisiones televisivas aparecían con una carta de apertura, en la que se podía ver un globo terráqueo o “bola del mundo” donde se distinguía la silueta de España y unas antenas que desde el centro emitían unas ondas circulares. Esta imagen se asoció con las antenas repetidoras del Alto de las Guarramillas hasta el punto de popularizarse el nombre de Bola del Mundo.

Las famosas antenas, coloristas y con forma de cohete,  han sufrido lo suyo en este inhóspito enclave. Hasta tres veces el viento ha derribado la antena de 65 metros, por no hablar de las penurias de los trabajadores, que han tenido que permanecer varios días aislados en sus instalaciones por causa de la nieve. En el Alto de las Guarramillas se han registrado vientos de 190 Km hora y temperaturas inferiores a 20 grados bajo cero. Los trabajadores cuentan que en invierno y con los accesos a las instalaciones cubiertos de nieve, los vehículos pueden tardar más de dos horas en llegar a la cumbre, y que la nieve ha llegado a cubrir por completo el edificio anejo a las antenas. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

 

 

 


Erysimum penyalarense. Erísimo

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Erísimo.

Erísimo.

 

El erísimo, Erysimum penyalarense, es una planta perteneciente a la familia de las crucíferas, como las coles, la coliflor o el brócoli.

Esta herbácea no supera los 20 cm de altura y crece entre los canchales de piedra de alta montaña. Su período de floración abarca los meses de junio y julio, momentos en los que las temperaturas de las zonas que de habita son más benignas.

En la actualidad existen dudas acerca de la denominación de la especie. No parece estar claro si estamos en presencia de un endemismo propio de la Sierra de Guadarrama, o si la planta comparte las mismas características que Erysimum gorbeanum, presente también en el Sistema Ibérico.

A propósito de este asunto, la enciclopedia Flora Ibérica (CSIC y Real Jardín Botánico), referencia en la botánica española, señala: “estudios futuros podrían justificar su reconocimiento taxonómico. Sin embargo, con los datos morfológicos y citológicos disponibles hoy, nos inclinamos más por una coespecificidad con las poblaciones del Sistema Ibérico y vascas que por un reconocimiento taxonómico insuficientemente apoyado.”

Sin embargo, dentro de este mismo género Erisymum existe otra especie, Erysimum humile subsp. penyalarense, que sí es un endemismo reconocido de la Sierra de Guadarrama, y que solamente se podía encontrar en tres únicos enclaves de toda la sierra. Dos de esos enclaves se encuentran a lo largo de la Cuerda Larga -sector meridional de la Sierra de Guadarrama situado en la Comunidad de Madrid-. Del tercero, ubicado en el Macizo de Peñalara, la planta ya ha desaparecido.  Esperemos que los dos únicos lugares del mundo donde crece esta planta permanezcan bien conservados, porque de lo contrario, la especie acabará extinguiéndose. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Erysimum penyalarense.

Erysimum penyalarense.


Agrostemma githago. Neguillón, negrilla, neguilla

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Agrostemma githago. Neguillón.

Agrostemma githago. Neguillón.

 

Agrostemma ghitago es un planta perteneciente a la familia de las cariofiláceas. El neguillón o negrilla es  tóxico. Todas las partes de Agrostemma ghitago son venenosas. En cuanto a su denominación común hay que hacer una advertencia muy importante. Podemos encontrar como nombre vulgar el de “neguilla”, y sirve para denominar tanto a esta planta como a otra, una ranunculácea cuyo nombre científico es Nigella gallica. Además de su aspecto, totalmente distinto, la diferencia sustancial es que Nigella gallica es  medicinal, mientras que como hemos dicho Agrostemma guitago es venenosa. Por tanto, antes de hacer uso de alguna planta, es recomendable cerciorarse de la especie concreta que tenemos delante. Los nombres comunes o vulgares suelen ser muy llamativos y más fáciles de aprender que los científicos, pero pueden dar lugar a confusiones. Si en una zona geográfica la planta venenosa no existe, no hay ningún problema, pero sí puede plantearse cuando ese mismo nombre se emplea en lugares donde coexisten las dos plantas.

Agrostemma githago siempre ha sido un planta, además de muy hermosa, también muy problemática. Por su tendencia a crecer en zonas de cultivo como los trigales, al hacer la siega era prácticamente imposible no recoger también  semillas de neguillón que acababan mezcladas entre las del cereal que se llevaba a moler. Si la presencia de semillas de neguillón era importante el pan resultante, además de adquirir un sabor acre –áspero y picante-, podía producir vómitos o mareos, y potencialmente la muerte, aunque pare ello el consumo debía ser masivo.

Precisamente el uso de técnicas para evitar la propagación de la planta, ha hecho que, actualmente, Agrostemma ghitago sea cada vez menos abundante en campos cultivados, y solamente la podemos ver ocasionalmente en barbechos, bordes de caminos y herbazales.

El neguillón tiene su área de distribución por toda la península Ibérica y casi toda Europa, aunque su origen parece situarse en el Mediterráneo oriental.

En cuanto a sus propiedades medicinales, se cita su uso para combatir parásitos intestinales, como diurética y en tratamientos anticancerígenos, pero en cualquier caso, dada su toxicidad, al margen de los usos científicos y farmacológicos, no es recomendable su empleo. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS


Joaquín María de Castellarnau y Lleopart, ilustre catalán guadarramista

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Hace ya mucho más de un siglo que existió una élite de pensadores y políticos de verdadera altura. Hombres y mujeres, estas últimas en la forzosa sombra de rancias costumbres, que destacaban por su inteligencia e inquietudes intelectuales.

Hace ya mucho tiempo que un político, incluso un presidente del gobierno, tenía entre sus aficiones la de traducir libros o alejarse del mundanal ruido, para contemplar en un paraje solitario de la sierra el espectáculo que la naturaleza le presentaba delante de sus ojos.

Hace mucho tiempo que los profesionales de la abogacía, la ingeniería, la biología o la empresa vivían apasionadamente su profesión, poniendo por delante de la inmediatez del beneficio el sentido último de aquello que habían estudiado, de aquello a lo que habían consagrado su vida, por encima de los intereses económicos de las empresas o gobiernos a los que servían.

Joaquín María de Castellarnau y Lleopart.

Joaquín María de Castellarnau y Lleopart.

Uno de aquellos hombres de hace mucho tiempo era Don Joaquín María de Castellarnau y Lleopart, nacido en Tarragona en 1848, ingeniero de Montes vinculado a Segovia y al pinar de los Montes de Valsaín. Formó parte de la Comisión para el Servicio del Pinar de Valsaín, pero su vocación conservacionista y naturalista chocaba de lleno con los intereses de quienes querían convertir el pinar en una explotación maderera sin más.

La crítica de Castellarnau al afán talador y mercantilista tiene en estas palabras suyas el mejor ejemplo: “… los árboles viejos se cortan porque son viejos; los árboles que han alcanzado su máximo crecimiento se cortan porque han llegado a la edad; los árboles más jóvenes se cortan porque estorban a los mayores; en las pimpolladas se corta porque es preciso aclararlas; se cortan los puntisecos porque sí; se cortan los árboles que se mueren porque no sirven para nada; se cortan los chamosos porque están chamosos; se cortan los que están malos porque no se acaban de morir; se cortan los árboles sanos para que no se pongan enfermos; y para evitar trabajo, las nieves y los vientos tronchan, arrancan, quiebran y descuajan anualmente una cantidad no despreciable, que se aprovecha también…”

A propósito de estas palabras, cabe reflexionar que hace mucho tiempo que dirigentes políticos o personajes de la Administración no son capaces de hilar pensamientos de más de 30 caracteres, ni frases tan bien construidas gramaticalmente.

Castellarnau tampoco podía comprender como se construía un gran aserradero de vapor en Valsaín al mismo tiempo que se acababa de invertir en modernizar la población adecuando viviendas para pequeños trabajadores del monte, que trabajarían la madera de esa forma que ahora llamamos “sostenible”. Y entonces, como pasa ahora -eso sigue siendo igual- ocurría aquello de “quien se mueve no sale en la foto”, y así, Castellarnau quedó al margen, como esos altos cargos de la Administración a los que no se puede echar pero quedan arrinconados y desprovistos de funciones. Esta situación le permitió dedicarse a conocer la Sierra de Guadarrama y a ahondar en sus estudios de botánica, óptica y microscopía, materias sobre las que llevó a acabo importantes trabajos. En el ámbito académico sí pudo hacer carrera, y en 1911 se convirtió en Director de la Escuela de Ingenieros de Montes. En 1934 obtuvo el máximo galardón de la Academia de Ciencias, la medalla Echegaray.

Castellarnau falleció en Segovia el 23 de julio de 1943 y puede ser considerado uno de los primeros y auténticos ecologistas. Pero hace ya mucho tiempo, también había como ahora, quienes no eran capaces de comprender que las convicciones personales y la honestidad están por encima del dinero y del prestigio profesional, y es por eso que decían de Don Joaquin María de Castellarnau que “ había equivocado su carrera”.

Entre las obras de este ilustre catalán guadarramista figuran: “Estudio ornitológico del Real Sitio de san Ildefonso” 1877; “Estudio micrográfico del tallo del pinsapo” 1880; “Estudio micrográfico del sistema leñoso de las coníferas españolas” 1883; “El pinar de Valsaín, algunas consideraciones sobre su tratamiento y administración”; “Guía y descripción del Real Sitio de San Ildefonso”; “Recuerdos de mi vida” 1942 y diferentes conferencias y artículos científicos, la mayoría de ellos en Revistas y Boletines científicos de la época. ÁNGEL SÁNCHEZ CRESPO para GUADARRAMISTAS


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