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Hipparchia semele, pardo rubia

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Hipparchia semele Hipparchia semele, pardo rubia

Hipparchia semele

Hipparchia semele, pardo rubia. La familia de los ninfálidos, Nymphalidae, integra otras subfamilias, entre las que se encuentra la de los satíridos, Satyrinae, que antes formaba una familia propia denominada Satyridae. En esta subfamilia se encuentra esta mariposa de tamaño grande, de 45 a 55 mm de envergadura, a la que los científicos llaman Hipparchia semele, y que de forma común se conoce como pardo rubia, en referencia a sus colores dominantes.

Hipparchia semele vuela por toda Europa, incluyendo las costas del sur de la Península Escandinava. Curiosamente no vuela en Grecia, aunque su nombre Hipparchia o Hiparquía es el nombre de una filósofa griega perteneciente a la escuela cínica que vivió en Tracia en el S. IV a.C.

En la Península Ibérica está presente por gran parte del territorio, aunque es más escasa o incluso inexistente en las zonas más occidentales del sur, y más abundante en la zona centro.

La podemos ver hasta altitudes de 1.500 metros, en una sola generación,  entre los meses de junio a septiembre, y prefiere las zonas secas y soleadas donde se mimetiza gracias a sus colores que varían, según la zona en la que vuele. Por lo general, los ejemplares que habitan en suelos calizos son de tonos más pálidos que los que lo hacen sobre suelos silíceos y graníticos, algo que supone una perfecta adaptación para conseguir el mimetismo, ya que los suelos calizos son más claros que los suelos ácidos.

Las orugas, también de tonos ocres y marrones, son hibernantes, y se alimentan de gramíneas del género Stipa, Festuca o Brachypodium. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Hipparchia semele pardo rubia Hipparchia semele, pardo rubia

Hipparchia semele, pardo rubia

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Erodium paularense, geranio del Paular

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Geranio del Paular copia Erodium paularense, geranio del Paular

Geranio del Paular

Erodium paularense, geranio del Paular. Es un endemismo del Sistema Central que se encuentra catalogado en peligro de extinción por el Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España.

Solamente puede encontrase en dos zonas muy determinadas; una de ellas, en el Valle del Lozoya en Madrid, y la otra, en la zona más oriental del Sistema central, en concreto, entre las Sierras de Alto Rey y Bulejo, en Guadalajara.

El geranio del Paular, recibe su nombre común y también el científico paularense, precisamente por la ubicación de sus ejemplares en el ámbito de El Paular, en referencia al Monasterio de Santa María de El Paular, en pleno Valle del Lozoya, integrado en la Sierra de Guadarrama.

Erodium paularense aparece en roquedos dolomíticos o calizos. Estos terrenos no son nada habituales en la Sierra de Guadarrama, donde predominan los suelos graníticos o silíceos. Por ello, el geranio del Paular es una planta muy rara y exclusiva, ya que crece únicamente en unos puntos muy concretos y reducidos de esos afloramientos calizos, que a su vez son muy específicos en la Sierra de Guadarrama. También tienen esa naturaleza caliza los suelos en los que se asienta en el otro enclave de la provincia de Guadalajara.

El geranio del Paular es una planta de porte rastrero con hojas parecidas a las del perejil, habituales en muchos geranios silvestres. Los tallos miden entre 10 y 20 cm. Las flores alcanzan los 3 cm y son de un color entre rosado y blanquecido, –algunos de los ejemplares que he podido ver tenían flores con un color rosa muy marcado y en otros eran casi blancas-. Florece entre los meses de abril y junio, dependiendo de las condiciones de temperatura y humedad de cada año.

En los roquedos calizos en los que se desarrolla Erodium paularense podemos encontrar algunas especies acompañantes como la espuelilla, Chaenorrhinum origanifolium subsp. crassifolium, o la globularia mayor, Globularia vulgaris, además de otras plantas propias de roquedos y suelos calizos.

Además de la destrucción de su hábitat, los mayores peligros para Erodium paularense, geranio del Paular, son la recolección de ejemplares por coleccionistas y el consumo por parte del ganado.

Las poblaciones de la provincia de Guadalajara se encuentran amenazadas por la explotación de canteras de andesitas y por la construcción de carreteras locales. También tiene un papel muy negativo en la baja reproducción de esta planta el elevado consumo de semillas que llevan a cabo hormigas de la especie Messor capitatus.

Sin duda, se trata de una planta excepcional. Por su belleza y por su rareza hay que preservar esta planta llamada Erodium paularense o geranio del Paular. Todo un emblema de la Sierra de Guadarrama que esperamos sea capaz de resistir en su reducido espacio calizo. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Erodium paularense geranio del Paular copia Erodium paularense, geranio del Paular

Erodium paularense, geranio del Paular

Erodium paularense copia Erodium paularense, geranio del Paular

Erodium paularense

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Albéitar y herrador

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Antiguo potro de herrar Albéitar y herrador

Antiguo potro de herrar

Albéitar y herrador, antiguos oficios. Con este nombre tan extraño nos estamos refiriendo a un antiguo oficio similar en algunos aspectos al que actualmente desempeñan los veterinarios. Dicho todo ello con reservas, ya que los veterinarios actuales son titulados universitarios con una preparación científica que no tiene nada que ver con la de aquellos hombres.

Los pueblos árabes fueron quienes introdujeron el concepto, de hecho la palabra albéitar proviene del árabe al-béitar, que podemos traducir, precisamente, como veterinario.

El albéitar era un sabio herrador de caballos, que dada su especialización y  contacto con los equinos, conocía perfectamente su anatomía, carácter, necesidades y también debilidades. Pero claro, no todo herrador llegaba a adquirir tales conocimientos. Solamente los más preparados tenían la condición de albéitar, en concreto los maestros herradores que eran elegidos en una especie de concurso-oposición por otros abéitares o maestros herradores de reconocido prestigio. Fueron los Reyes Católicos, en el año 1500, quienes crearon esta especie de oposición. Y no es de extrañar, ya que el caballo no solamente era elemento indispensable en el trabajo agrícola, lo era también en la guerra.

Los albéitares, además de herrar convenientemente a los caballos, se ocupaban de sanar sus enfermedades, desparasitarlos, castrarlos e incluso practicarles pequeñas intervenciones quirúrgicas. No eran veterinarios al modo de los actuales, pero si constituían el selecto grupo profesional capaz de intervenir en la salud de los preciados equinos.

En el escalafón inferior al de albéitar se encontraban el herrador. Sin competencias veterinarias de prestigio reconocidas, su función era la de herrar a los animales de carga y tiro fabricando las herraduras en la fragua. A fuerza de roce con el ganado equino, el herrador también poseía algunos conocimientos sobre enfermedades y dolencias, lo que motivaba que los vecinos, por un módico precio, también le consultaran o le confiaran sus animales enfermos. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

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Pyrgus malvoides, ajedrezada menor

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Pyrgus malvoides ajedrezada menor Pyrgus malvoides, ajedrezada menor

Pyrgus malvoides, ajedrezada menor

Pyrgus malvoides, ajedrezada menor. La mariposa ajedrezada menor, Pyrgus malvoides, no supera los 2 cm de envergadura y es la más pequeña de la familia de los hespéridos.

Habita en colonias no muy numerosas y se encuentra de forma localizada, pero distribuida por toda la Península Ibérica hasta los 1.800 metros de altitud. Prefiere zonas herbosas con abundancia de flores.

La podemos ver volar entre los meses de abril y agosto en dos generaciones, aunque los ejemplares que viven a mayor altitud, y por tanto, sometidos a un período más corto de bonanza climatológica, solamente tienen una generación anual.

Las pequeñas orugas de Pyrgus malvoides se alimentan de plantas del género Potentilla, Agrimonia y Fragaria. También se alimentan de algunas especies de zarza Rubus sp. Hibernan como crisálida, escondidas entre las hojas secas donde previamente se ha alimentado la oruga.

La mariposa ajedrezada menor está presente en la Sierra de Guadarrama, pero al igual que ocurre con el resto de poblaciones peninsulares, de forma localizada y con pocos ejemplares. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

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Crataegus monogyna, majuelo, espino albar

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Crataegus monogyna flores Crataegus monogyna, majuelo, espino albar

Crataegus monogyna, majuelo, espino albar

Crataegus monogyna, majuelo, espino albar. El majuelo Crataegus monogyna es un arbusto que por su porte podemos calificar como pequeño árbol, ya que llega a alcanzar los 10 metros de altura, aunque el tamaño medio está en torno a los 5 metros.

Pertenece a la familia de las rosáceas, como la mayoría de los frutales que habitualmente se han consumido en nuestro país –perales, manzanos, cerezos, melocotoneros, albaricoqueros o ciruelos-. Esa afinidad ha permitido que el majuelo se haya utilizado como patrón para injertos de muchas de estas especies frutales.

Las flores, que aparecen entre los meses de abril y junio, poseen un fuerte y característico aroma que atrae a innumerables especies de insectos, incluidas las abejas Apis mellifera.

Como planta medicinal, del majuelo se han descrito propiedades hipotensoras y ligeramente diuréticas. En algunas poblaciones de Extremadura se hace una infusión con flores y hojas que denominan tila de espino, y que sirve para “calmar los nervios”. Y es que también se le reconocen propiedades sedantes, calmantes de la tos e inductoras al sueño.

En el ámbito de los usos y la etnobotánica, con el nombre de espino y espinar existen innumerables advocaciones marianas a lo largo de la geografía peninsular –Nuestra Señora del Espino o Nuestra Señora del Espinar-.

Los frutos se han consumido más por hambre y por aprovechar un recurso ofrecido de forma gratuita por la naturaleza que por su sabor. Al respecto de sus cualidades organolépticas las opiniones son encontradas, hay quienes dicen que los frutos o “majoletas” son deliciosos y saben a manzana,  y quienes consideran que son ásperas y saben mal. En cuestión de gustos no hay discusión, pero sí es cierto que poseen vitamina C.

En tiempos en los que no había muchos juguetes ni distracciones infantiles, los niños comían el fruto para extraer el hueso y poder lanzarlo con canutos, a modo de cerbatana.

Los espinares son el hábitat de una de las setas más buscadas por los aficionados a la micología, la Tricholoma georgii o Calocybe gambosa, más conocida como perrochico, seta de San Jorge  o mansarón, como se la denomina también en algunos lugares de Castilla y León.

Muchas aves y mamíferos se alimentan de los frutos del majuelo  y algunas como el picogordo, Coccothraustes coccothraustes, son especialistas en ellos. El alcaudón dorsirrojo, Lanius collurio, emplea las espinas del majuelo para ensartar a sus presas y tenerlas localizadas y disponibles como alimento.

Una de las plagas más destructivas de Crataegus monogyna es el lepidóptero Aglaope infausta, que puede llegar a defoliar y debilitar a este querido y popular arbolillo. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Crataegus monogyna porte Crataegus monogyna, majuelo, espino albar

Crataegus monogyna, porte

Crataegus monogyna hojas Crataegus monogyna, majuelo, espino albar

Crataegus monogyna, hojas

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Berberomeloe majalis

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Berberomeloe majalis aceitera carraleja o  Berberomeloe majalis

Berberomeloe majalis, aceitera, carraleja o curica

Berberomeloe majalis es el nombre científico de este coleóptero capaz de segregar cantaridina, una sustancia tóxica con la que aleja a sus depredadores. Es conocido vulgarmente como aceitera común, carraleja o curica.

La familia de los meloideos Meloidae-, a la que pertenece Berberomeloe majalis, se compone de más de 2000 especies repartidas por el mundo, que en estado adulto se alimentan de materia vegetal y néctar de las flores. En cambio, en estado larvario muchas de ellas son parásitas de otros insectos o predadoras. En el caso de Berberomeloe majalis, las larvas son parásitas de himenópteros, en concreto de abejas y avispas. Nada más nacer inician la búsqueda de los nidos de sus presas en cuyo interior devoran a sus crías y succionan las reservas de miel y néctar. A diferencia de otros meloideos como Physomeloe corallifer cuyas larvas se agarran a las patas de las abejas y avispas para ser trasportadas al nido, las de Berberomeloe majalis necesitan buscar el nido de forma activa. Ya en estado adulto es exclusivamente fitófaga.

Este ser de aspecto extraño que puede alcanzar más de 5 cm de longitud, posee unas cualidades muy interesantes, además de ya de por sí curioso aspecto, con un gran abdomen hinchado y salpicado de franjas rojas o anaranjadas. En caso de ser atacado es capaz de “hacerse el muerto”, algo que hacen muchos insectos y que se denomina tanatosis. Por si ello no fuera suficiente, a través de la unión de sus patas con el cuerpo segrega cantaridina, una sustancia de textura oleosa –de ahí le viene el nombre de aceitera-, que en contacto con la piel es sumamente irritante, formando vejigas y quemaduras de importancia. Por tanto, no deben manipularse, aunque por lo demás son seres totalmente inofensivos.

Berberomeloe majalis es relativamente común en toda Península Ibérica. Se puede encontrar en bordes de caminos, linderos boscosos abiertos y caminos de tierra, desde el nivel del mar a la alta montaña. Es una de las primeras especies de insectos en aparecer a comienzos de primavera. Comparte con otras especies de meloideos como Physomeloe corallifer el nombre común de aceitera o carraleja. Tal como indicamos al comienzo, se trata de un coleóptero, es decir, un familiar de los escarabajos. No es un “gusano” como mucha gente cree cuando observa su aspecto alargado y un tanto exótico. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Berberomelo majalis haciendo su puesta de huevos Berberomeloe majalis

Berberomelo majalis haciendo su puesta de huevos

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Philanthus triangulum, lobo de las abejas

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Philanthus libando néctar Philanthus triangulum, lobo de las abejas

Philanthus libando néctar

Philanthus triangulum, lobo de las abejas. Philanthus triangulum es una avispa conocida con el nombre de avispa lobo o lobo de las abejas por su especialización en capturar abejas comunes Apis mellifera, algo que no gusta mucho a los apicultores.

Se trata de un himenóptero de la familia de los esfécidos  -Sphecidae- que cuenta en el mundo con más de 8000 especies, una de ellas, Philanthus triangulum.

El lobo de las abejas está presente en la Península Ibérica, pero es una avispa cada vez más escasa por la alteración de su hábitat. Todas las especies de la familia Sphecidae capturan orugas o insectos adultos para alimentar a sus larvas. Para ello emplean su aguijón, con el que paralizan, pero no matan a su presa, a la cual encierran en un nido junto a los huevos que depositan al lado. La presa atrapada e inmovilizada permanece viva, sin descomponerse, a la espera de que nazca la larva que dará cuenta de ella. Un trágico destino el de estas presas “secuestradas” para ser comidas vivas.

En el caso de Philanthus triangulum las víctimas escogidas son las abejas, que son sorprendidas mientras recolectan néctar y polen. La actividad del lobo de las abejas se produce a pleno sol, cuando las abejas son más activas. Con su tamaño de casi 1,5 cm, la hembra de Philanthus triangulum se abalanza sobre la abeja propinándole un aguijonazo paralizante debajo de la mandíbula. Inmediatamente después la aprieta con su cuerpo para extraerle el néctar ingerido, el cual rápidamente succiona. Después, recoge a su presa y la lleva volando entre sus patas a un nido construido previamente en el suelo y tapado con arena para camuflarlo. Una vez allí saca la arena e introduce el cuerpo inmóvil de la abeja en alguna de las celdas o departamentos internos del nido donde llega a acumular hasta seis víctimas. Posteriormente pone los huevos, rocía el nido con una sustancia que contiene una bacteria fungicida que evita la proliferación de hongos, y vuelve a tapar el nido en el que nacerán sus larvas con el alimento vivo y jugoso a la espera de ser consumido.

Philanthus triangulum lobo de las abejas Philanthus triangulum, lobo de las abejas

Philanthus triangulum, lobo de las abejas

Los machos de Philanthus triangulum, algo más pequeños que las hembras, no llevan a cabo esta actividad, se limitan a alimentarse de néctar y polen de las flores, alimento que también es el de las hembras puesto que las capturas solamente tienen como finalidad dar de comer a las crías.

Algunas observaciones realizadas por entomólogos han demostrado que Philanthus triangulum se orienta visualmente. Sabe perfectamente donde está su nido, aunque esté camuflado con tierra, para lo cual, antes de salir en busca de abejas, hace un reconocimiento alrededor del mismo en el que graba en su memoria los objetos del entorno, piedras, arbustos, etc.

A pesar de la mala fama que puede tener esta avispa, realmente no son muy importantes los daños que causa a las abejas de la especie Apis mellifera. En primer lugar porque no es una avispa muy común, porque son pocas las abejas que captura y, lamentablemente, porque está en regresión, ya que los hábitats en donde vive -terrenos esteparios secos y con arenales- son cada vez menos frecuentes debido a la roturación del campo para cultivos. Sin duda, es mucho más terrible para las abejas el uso de pesticidas y algunas enfermedades que están diezmando sus poblaciones, que lo que pueda hacer en contra de ellas Philanthus triangulum, lobo de las abejas o avispa lobo. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Philanthus sp Philanthus triangulum, lobo de las abejas

Philanthus sp

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Chelidonium majus, celidonia

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Chelidonium majus Chelidonium majus, celidonia

Chelidonium majus

Chelidonium majus, celidonia mayor es una planta tóxica muy peligrosa que se usa de forma externa para reducir las verrugas, pero de la que no debe hacerse ningún uso interno.

Chelidonium majus, celidonia, celidonia mayor o hierba verruguera, como se la conoce comúnmente, pertenece a la familia de las papaveráceas –Papaveraceae- como las amapolas. Crece siempre en zonas húmedas, sombreadas y en las riberas de ríos y arroyos, en ambientes permanentemente frescos y con suelos nitrogenados. Florece desde febrero hasta septiembre, dependiendo de las condiciones climáticas y del terreno. Se distribuye por casi toda la Península Ibérica hasta los 1.600 metros de altitud, con excepción de las zonas más áridas y secas de la mitad meridional.

La celidonia contiene alcaloides tóxicos como la celidonina, una sustancia que produce unos efectos similares a los de la morfina, aunque menos potentes que esta última. Otra sustancia es la celetrinina, también alcaloide, con efectos paralizantes sobre el sistema nervioso central. Estas sustancias y otras presentes en la Chelidonium majus tienen un importante aprovechamiento farmacológico. En la celidonia  se hallan derivados de la tiofosfamida, una sustancia antivírica que inhibe el desarrollo de virus como los de la gripe, herpes y encefalopatías, que también se ha utilizado en el tratamiento del virus del SIDA junto a otros fármacos. La mencionada celetrinina y la sanguninarina, otro alcaloide abundante en la raíz de la planta, son antiinflamatorios y antifúngicos.

Sin embargo, el uso más extendido y también el más inocuo, ya que se lleva a cabo de forma externa, es el de combatir las verrugas. De hecho, Chelidonium majus recibe el nombre de hierba verruguera o flor de verrugas. Para terminar con las verrugas se aplica directamente sobre ellas el látex de la planta, una sustancia anaranjada que brota al cortar los tallos, de desagradable aroma y que rápidamente se vuelve de color pardo en contacto con el aire. Se ha demostrado que inhibe la reproducción celular, con lo que su aplicación periódica sobre las verrugas hace que remitan y acaben desapareciendo. Esa facultad para detener la reproducción celular plantea la posibilidad de emplearla como antitumoral.

En resumen, las propiedades medicinales de Chelidonium majus son muchas, pero hay que tener en cuenta que no puede hacerse un uso ligero de ella. Sus potentes propiedades son tóxicas si no se administra convertida en fármaco y bajo supervisión médica. Existen casos de muerte por hemorragias intestinales y colapso circulatorio, especialmente en niños, tras el consumo por vía interna de celidonia mayor, Chelidonium majus. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Chelidonium majus celidonia Chelidonium majus, celidonia

Chelidonium majus, celidonia

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Blaps lusitanica, blaps

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Blaps lusitanica Blaps lusitanica, blaps

Blaps lusitanica

Blaps lusitanica, blaps. Los blaps son un género de coleóptros de la familia de los tenebriónidos -Tenebrionidae-, con siete representantes en la Penínusla Ibérica y dos endemismos en la Isla de Menorca.

Destacan por su tamaño, que puede llegar a los 3 cm, por su color negro y por no poder volar, ya que los élitros que ocultan las alas voladoras están pegados.

Son insectos de hábitos nocturnos que se alimentan de residuos vegetales, materia orgánica en descomposición y hasta excrementos. Su caminar es lento, algo torpe, como si les costara calcular cuál de sus seis patas es la que tienen que mover para iniciar la marcha. Durante el día se esconden entre ramas, piedras y hojarasca.

En caso de ser molestados adoptan una curiosa postura tratando de esconder su cabeza al mismo tiempo que levantan el abdomen, lo que produce una cierta sensación de amenaza para el observador.

Son completamente inofensivos, pero muchos blaps esconden un arma biológica muy poderosa, su repugnante olor. Cuando se ven en peligro segregan una sustancia de un olor fétido que además tarda en desaparecer, así que mejor no tocarlos.

Especialmente maloliente es el blaps de cementerio, Blaps mortisaga, que fue introducido en Europa occidental probablemente desde la región del Cáucaso, y que en España se observó por vez primera en la Isla de Mallorca. Como arma defensiva, además de su mal olor, tiene la facultad de “hacerse el muerto”, una técnica conocida como tanatosis que emplean muchos animales para defenderse de las agresiones y no ser devorados por depredadores que no comen carroña, ni animales muertos. ÁNGEL S. CRESPO  para GUADARRAMISTAS

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Syrichtus proto, mariposa polvillo dorado

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Syrichtus proto reverso Syrichtus proto, mariposa polvillo dorado

Syrichtus proto, reverso

Syrichtus proto, mariposa polvillo dorado, a la que podemos encontrar en algunos libros y en la Red como Muschampia proto, es un hespérido de pequeño tamaño que no supera los 3 cm de envergadura.

Se distribuye por toda la Península Ibérica, aunque es más escasa e incluso inexistente en la zona más septentrional.  Está también presente en el sur de Francia, sur de Italia, Grecia, Macedonia, Albania y Turquía.

Prefiere las zonas de matorral y monte bajo, algo seco, con ligeras pendientes alternadas con praderas. Es ahí donde se encuentran sus plantas nutricias, que son herbáceas del género Phlomis, como Phlomis lychnitis o Phlomis herba-venti.

Syrichtus proto o mariposa polvillo dorado, como se denomina vulgarmente, vuela entre los meses de abril a octubre en una sola generación, en la que va emergiendo gradualmente. Las mariposas de comienzos de temporada, especialmente las hembras,  presentan en su reverso tonalidades verdosas y rosadas más claras que las del verano, con colores rojizos y marronáceos.

La vida de las orugas de Syrichtus proto gira en torno a sus plantas nutricias, de las que se alimentan y en las que pasan el invierno ya convertidas en pupas, o lo que es lo mismo, en crisálidas. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Syrichtus proto Syrichtus proto, mariposa polvillo dorado

Syrichtus proto

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Psammodromus algirus, lagartija colilarga

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Psammodromus algirus lagartija colilarga Psammodromus algirus, lagartija colilarga

Psammodromus algirus, lagartija colilarga

Una de las lagartijas habituales en robledales y encinares es Psammodromus algirus, lagartija colilarga, cuya cola mide más del doble de longitud que su cuerpo.

La lagartija colilarga se distribuye por casi toda la Península Ibérica con excepción de la franja cantábrica, en el extremo norte.

Psammodromus algirus es una robusta lagartija que mide unos 9 cm, a los que hay que añadir los casi 25 de su cola. Los machos son ligeramente más grandes que las hembras, aunque en algunas zonas como la Sierra de Guadarrama, tanto machos como hembras son similares, incluso a veces algo mayores las hembras, y en general, ambos son mayores que el resto de ejemplares peninsulares.

La podemos encontrar desde el inicio de la primavera hasta entrado el otoño ya en el mes octubre, aunque su máxima actividad corresponde a los meses comprendidos entre abril y julio, en aquellas zonas donde las temperaturas son más frías. Es habitual en los bordes de caminos, tanto de encinares, quejigares, robledales y pinares donde sus rápidos y ruidosos movimientos entre la hojarasca la ponen en evidencia a nuestro paso. Es precisamente entre las hojas secas y los matorrales donde encuentra su refugio y donde busca su alimento, ya que no tiene tendencia a esconderse entre las rocas. La lagartija colilarga captura insectos, base esencial de su alimentación, que incesantemente busca entre las vegetación seca, aunque no tiene ninguna dificultad en subir por el tronco de los árboles, ya que es una excelente trepadora. Cuando se ve acorralada, Psammodromus algirus emite sonidos, unos pequeños chillidos muy cortos en duración, de una frecuencia de entre 2 y 16 KHz.

Entre los meses de abril y junio los machos en celo presentan un espectacular color rojizo en su cuello y cabeza. Después del apareamiento las hembras hacen sus puestas de una cantidad variable de huevos, entre 1 y 11, dependiendo de la zona geográfica y de la fortaleza de la hembra. Las crías se dejarán ver ya a final del verano, desde el mes de agosto hasta bien entrado octubre.

La lagartija colilarga es objeto de caza por parte de aves rapaces y de cigüeñas, cernícalos o alcaudones. Los jabalíes, zorros o ginetas forman parte del grupo de mamíferos que también la incluyen en su dieta, al igual que otros reptiles como el lagarto ocelado o la culebra bastarda.

Existen varias subespecies de Psammodromus algirus, distribuidas en el norte de África y el suroeste de Europa. La que podemos ver en la Península Ibérica es Psammodromus algirus algirus. Su nombre “Psammodromus” proviene del griego y significa “la que corre por la arena”, nombre que hace referencia a su capacidad para correr y huir a la carrera. Cuando se ve sorprendida inicia una rápida huida, un tanto caótica, sin una dirección concreta y realizando paradas, algo que le permite, a veces, despistar a sus depredadores. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Lagartija colilarga Psammodromus algirus, lagartija colilarga

Lagartija colilarga

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Scolopendra cingulata, escolopendra

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Scolopendra cingulata copia Scolopendra cingulata, escolopendra

Scolopendra cingulata. Fotografía © Ángel S. Crespo 2012

Scolopendra cingulata, escolopendra, es un miriápodo –ciempiés- de dolorosa picadura y el más grande de Europa, ya que puede alcanzar casi 20 cm de longitud.

La escolopendra, como habitualmente se denomina a Scolopendra cingulata, es de hábitos nocturnos. Durante el día se refugia debajo de las piedras, uno de los motivos por los que no es aconsejable levantarlas ni meter las manos bajo ellas cuando estamos en el campo. Su alimento lo constituyen insectos, caracoles y, en general, pequeños artrópodos, aunque algunas especies que no habitan en la Península Ibérica, como Scolopendra gigantea, son capaces de capturar pequeños mamíferos y aves.

La escolopendra hace sus nidos en una pequeña madriguera con túneles bajo piedras bien asentadas en el terreno. Al ser descubierta se mueve de forma nerviosa y con gran rapidez, algo que confunde a sus depredadores, ya que tanto su cabeza como la parte final de su cuerpo tienen un aspecto similar. La cabeza termina en dos antenas, y el  final de su cuerpo tiene dos apéndices que se parecen a las antenas. Si tenemos en cuenta el movimiento rápido de la escolopendra, resulta difícil distinguir donde está la cabeza y cuales son los apéndices finales. Si el depredador ataca a la cabeza matará a la escolopendra, pero si lo hace por confusión en la cola, recibirá la picadura dolorosa y paralizante de este miriápodo.

Scolopendra cingulata posee 21 pares de patas, se encuadra dentro de lo que comúnmente llamamos ciempiés, a pesar de no tener cien patas. Otros miriápodos tienen muchos más pares de patas y son llamados milpiés. Estos últimos no son cazadores, se alimentan de residuos vegetales y materia orgánica. Por el contrario, los ciempiés sí son cazadores y usan el veneno de sus forcípulas para cazar.

Las forcípulas son dos pinzas conectadas a glándulas venenosas que las escolopendras y otros ciempiés poseen debajo de la cabeza. En realidad son un par de patas modificadas y convertidas en poderosas armas puntiagudas.

Existe un temor arraigado respecto a la picadura de la escolopendra. Ciertamente proporciona un dolor muy intenso, pero afortunadamente las especies presentes en la Península Ibérica no poseen un veneno tan poderoso como para causar la muerte, algo que sí ocurre con especies situadas en los trópicos, que pueden producir la muerte de un niño o de una persona débil. Por lo general, la picadura de la escolopendra genera además del dolor, una sensación de quemazón, hinchazón y necrosis superficial de la zona dañada, que cesa transcurridas dos o tres horas. Algunas personas pueden sufrir dolor de cabeza, vómitos, náuseas  y disritmias cardiacas, aunque ello dependerá de su sensibilidad al veneno.

En cualquier caso, hay que reiterar que no es aconsejable levantar piedras con las manos desnudas. Por supuesto, no hay que coger una escolopendra con la mano, porque es muy rápida y escurridiza,  y debemos procurar revisar el calzado si lo hemos dejado por la noche en el exterior, ya que Scolopendra cingulata es de hábitos nocturnos y puede decidir ocultarse en el interior de nuestras botas. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

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Convolvulus arvensis, correhuela

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Convolvulus arvensis Convolvulus arvensis, correhuela

Convolvulus arvensis

Una de las malas hierbas más resistentes y pertinaces es Convolvulus arvensis, correhuela, resistente a herbicidas y capaz de regenerarse desde su estructura subterránea.

Convolvulus arvensis, conocida entre otros muchos nombres como correhuela, corregüela, campanilla o marañuela, pertenece a la familia de las convolvuláceasConvolvulaceae-. Está distribuida por todas las regiones de clima templado del mundo donde se den las condiciones de buena luminosidad que necesita para crecer.

El nombre Convolvulus arvensis deriva del latín “convolvo” que significa girar sobre sí mismo. El apelativo “arvensis” se refiere a arvense, o lo que es lo mismo, relativo a campos de cultivo. Como consecuencia de su nombre podemos extraer las características de su comportamiento. Se trata de una mala hierba que crece, entre otros lugares,  en campos de cultivo, y que al desarrollarse se enrolla sobre sí misma. Este mecanismo permite a la correhuela enredarse y trepar sobre otras plantas sin necesidad de usar zarcillos como hacen las plantas trepadoras.

La raíces y estolones de la correhuela pueden alcanzar los 2 metros de profundidad, por lo que resulta prácticamente imposible arrancarla de cuajo sin romperla. De los fragmentos rotos surgen nuevas plantas, así que tratar de arrancarla es ayudarla a desarrollarse con más vigor y con nuevas plántulas. Por si fuera poco, es resistente a la mayoría de los herbicidas que no son del todo eficaces con ella.

Como planta medicinal se conocen de Convolvulus arvensis propiedades laxantes y purgantes, además de ciertas facultades hipotensoras.

En la Península Ibérica la correhuela se distribuye ampliamente en campos de cultivo, huertos, bordes de camino y  jardines con buena insolación. Las flores en forma de campanilla aparecen incesantemente desde mayo hasta entrado el otoño. Los tallos rastreros de Convolvulus arvensis se enredan por todas las plantas que encuentran a su alrededor trepando por ellas, por lo que llegan a ocultarlas de la luz, además de privarles de sus nutrientes. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Convolvulus arvensis correhuela Convolvulus arvensis, correhuela

Convolvulus arvensis, correhuela

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Ochlodes venata,  dorada orla ancha

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Ochlodes venata macho mostrando sus androconias Ochlodes venata,  dorada orla ancha

Ochlodes venata, macho mostrando sus androconias

Oclodes venata, Ochlodes venatus, Ochlodes sylvanus y Ochlode sylvanus son los nombres científicos que en diferentes textos hacen referencia a la mariposa dorada orla ancha.

Es una mariposa pequeña, de unos 3 cm de envergadura, que  pertenece a la familia de los hespéridos. Ochlodes venata, dorada orla ancha, vuela por toda Europa, incluso hasta en el sur de Escandinavia. En la península Ibérica lo hace en la mitad septentrional, en el centro y en los sistemas montañosos del sur.

Los machos de Ochlodes venata presentan en el anverso de sus alas una línea de color negro, claramente marcada, que los diferencia de las hembras. Esta marca distintiva se denomina androconia. La androconia es un conjunto de escamas formadas por células glandulares –escamas androconiales- que segregan feromonas para atraer a las hembras. Algunas especies de lepidópteros, como es el caso de Ochlodes venata,  poseen estas células glandulares muy concentradas en una parte concreta de sus alas, por lo general en el anverso de las alas anteriores. Otras especies las tienen distribuidas de forma menos perceptible por la superficie de sus alas.

En la Península Ibérica Ochlodes venata vuela entre los meses de mayo y agosto en dos generaciones. En el resto de Europa presenta una sola generación entre junio y agosto.

Ochlodes venata hembra 680x1024 Ochlodes venata,  dorada orla ancha

Ochlodes venata, hembra

Las orugas se alimentan de diferentes gramíneas de los géneros Dactylis, Poa, Festuca o Bromus, entre otras. Para ello, la oruga enrolla con seda los bordes de las hojas de la planta que le va a servir de alimento, generando una estructura que a la vez le sirve de refugio. Pasan el invierno como larva adulta.

Ochlodes venata prefiere las zonas algo húmedas, frescas y un tanto umbrosas, pero con proximidad de claros boscosos donde asolearse. Sus hábitats suelen contener vegetación abundante. Tiene predilección por las flores de las zarzas y gusta reposar en sus hojas. Tampoco suelen faltar en su entorno los helechos, preferentemente los de la especie Pteridium aquilinum, tan abundantes en las zonas serranas.

En la Sierra de Guadarrama, Ochlodes venata se encuentra localizada en colonias distribuidas por diferentes zonas donde se dan las condiciones de humedad, frescura y vegetación que necesita. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Ochlodes venata Ochlodes venata,  dorada orla ancha

Ochlodes venata

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Cnicus benedictus

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Cnicus benedictus cardo santo o cardo bendito 681x1024 Cnicus benedictus

Cnicus benedictus, cardo santo o cardo bendito

Cnicus benedictus, denominado cardo santo o cardo bendito, recibe estos nombres por las virtudes sanadoras de la peste que se le atribuyeron en Europa durante la Edad Media.

Es cierto que el cardo santo o cardo bendito, Cnicus benedictus, posee una sustancia llamada cnicina que ejerce cierto efecto antibiótico contra un grupo de bacterias causantes de brucelosis, diarreas, meningitis, cistitis e infecciones intestinales. Sin embargo, no existe ninguna base científica para afirmar que el cardo santo tuviera componentes capaces de curar la peste, esa temida enfermedad que diezmó  la población europea. De hecho, no parece que ningún remedio fuera eficaz contra la enfermedad en aquella época.

El cardo santo es una herbácea postrada y espinosa, lo que comúnmente denominamos cardo, de entre 15 y 30 cm de altura, que florece entre los meses de marzo y junio. Se distribuye por toda la Península Ibérica en terrenos incultos, arenosos y algo secos.

Es frecuente confundir el cardo santo con el cardo mariano, pero son distintas especies a pesar de las referencias “divinas” de sus nombres. El cardo mariano es Sylibum marianum, mientras que el cardo santo o bendito es Cnicus benedictus, aunque la terminología común a veces aplica los calificativos santo, bendito y mariano para ambas plantas.

Cnicus benedictus posee propiedades medicinales interesantes. Es bueno como aperitivo, emenagogo, actúa contra la flatulencia, el estreñimiento y es una ayuda en los tratamientos contra la úlcera gastroduodenal. También se predican propiedades anticancerígenas, antidiabéticas y antiinflamatorias de la cnicina, el principio amargo contenido en esta planta. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

Cnicus benedictus 1024x681 Cnicus benedictus

Cnicus benedictus

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Monochamus galloprovincialis

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Monochamus galloprovincialis 1024x682 Monochamus galloprovincialis

Monochamus galloprovincialis

El longicornio del pino,  Monochamus galloprovincialis, es un coleóptero de la familia de los cerambícidos -Cerambycidae-, considerado una plaga leve de los pinos.

Su nombre científico Monochamus galloprovincialis está relacionado con Francia. “Galloprovincialis”, -galo, de Francia-, en concreto, de la provincia francesa de La Provenza, donde existen poblaciones de pino marítimo, también llamado rodeno o negral, Pinus pinaster, que se ven atacadas entre otros insectos por este bonito coleóptero.

Monocahmus galloprovincialis no solamente se distribuye en Francia, lo hace por toda Europa y también por la Península Ibérica, en todos aquellos lugares donde existan pinares y abetales.

Los adultos, de hasta 2,5 cm de longitud, son visibles entre los meses de junio y comienzos de septiembre. En esa fase consumen las ramillas de los árboles, aunque lo hacen de una forma poco intensa, de modo que no puede considerarse que sea una plaga verdaderamente defoliadora. Las hembras depositan entre 30 y 40 huevos en las cortezas de los pinos, realizando incisiones para las que utilizan sus mandíbulas. Normalmente eligen árboles débiles, enfermos o ya derribados. Las larvas de Monochamus galloprovincialis alcanzan los 4 cm, penetran en el interior de la madera excavando galerías, donde se desarrollan y pupan hasta convertirse en adultos. Este proceso dura un año, aunque puede prolongarse otro año más en las zonas con climas más fríos.

El verdadero problema de este coleóptero proviene del posible papel transmisor o vector que juega respecto a un diminuto nemátodo  o gusanillo denominado Bursaphelenchus xylophilus. Este nemátodo es originario de Norteamérica, desde donde se ha extendido a Asia y, recientemente, a Europa, en concreto a Portugal. En Norteamérica es menos peligroso porque allí las especies de pino son más resistentes, pero en Europa y Asia pueden aprovechar cualquier herida de un pino sano para secarlo  en apenas tres meses. Monochamus galloprovincialis, al hacer sus puestas o al alimentarse de las ramillas de los pinos, puede estar contribuyendo a expandir a este peligroso nemátodo que se sirve del coleóptero para ser transportado, y que causa el llamado “marchitamiento de los pinos”, un serio problema forestal. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

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Podarcis muralis, lagartija roquera

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Podarcis muralis lagartija roquera 1024x683 Podarcis muralis, lagartija roquera

Podarcis muralis, lagartija roquera

Uno de los reptiles adaptados a las áreas rocosas y montañosas es Podarcis muralis, lagartija roquera, que también llega a colonizar construcciones humanas.

Podarcis muralis se distribuye por toda Europa y en la Península Ibérica lo hace principalmente en la zona norte -desde Cataluña a Asturias-, en la Sierra de Guadarrama y en el Sistema Ibérico. Algunos autores consideran que las especies de la Cordillera Cantábrica y Pirineos son Podarcis muralis brogniardi, mientras que las de los sistemas Central e Ibérico son Podarcis muralis merremia. Otros autores las clasifican todas en el genérico Podarcis muralis muralis.

La presión urbana en las zonas montañosas puede poner en peligro a la lagartija roquera, mucho menos frecuente y adaptada que su pariente, la lagartija ibérica, Podarcis hispanica.

La cabeza y el cuerpo miden entre 5 y 7 cm, a los que hay que añadir la cola. Existe un gran dimorfismo sexual entre machos y hembras, o lo que es lo mismo, tienen aspectos diferentes en cuanto al colorido y diseño de sus dibujos. El período de máxima actividad de la lagartija roquera coincide con la primavera y el verano, desde los meses de abril hasta finales de agosto.

Podarcis muralis se desenvuelve en terrenos rocosos, desde los acantilados costeros de la zona cantábrica a las zonas pedregosas y rocosas de las montañas del interior donde está distribuida. También es común verla en muros divisorios de fincas donde encuentran refugio. Las hembras efectúan entre una y tres puestas de huevos al año, cada una de ellas consistente en un número que oscila entre 2 y 11 huevos.

La alimentación de Podarcis muralis, lagartija roquera, se basa en pequeños invertebrados. Es objeto de depredación por otros reptiles y aves. Su mecanismo de defensa consiste en esconderse entre los resquicios rocosos de los que nunca suele estar muy alejada. ÁNGEL S. CRESPO  para GUADARRAMISTAS

Podarcis muralis 681x1024 Podarcis muralis, lagartija roquera

Podarcis muralis

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Prunus spinosa, endrino

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Aspecto otoñal de una rama de Prunus spinosa con frutos 1024x682 Prunus spinosa, endrino

Aspecto otoñal de una rama de Prunus spinosa con frutos

Prunus spinosa, endrino. Con el nombre científico de Prunus spinosa se conoce al endrino, ciruelo borde, arán, arañón o espinillo negro, del que se elabora el pacharán a partir de sus frutos.

Prunus spinosa es un arbusto de hasta 2 metros de altura, perteneciente a la familia de las rosáceas. Florece el endrino muy pronto, desde febrero o marzo, según la zona geográfica, y prolonga su floración hasta el mes de mayo. Los frutos del endrino, las endrinas, maduran en otoño y permanecen mucho tiempo sobre el arbusto.

El área de distribución de Prunus spinosa abarca la mayor parte de Europa, también el norte de África y el oeste de Asia. En España esta distribuido principalmente por el centro y mitad norte peninsular, y es más escaso cuanto más al sur. También está presente en Baleares, aunque no en la isla de Ibiza.

El endrino acepta cualquier tipo de suelo siempre en zonas montañosas o de rampa. Es muy común verlo junto a las vallas de separación de fincas, haciendo de perfecta barrera contra los intrusos, ya que su ramaje es intrincado y cubierto de poderosas espinas.

Endrinos en plena floración utilizados como defensa en vallado de piedra 1024x614 Prunus spinosa, endrino

Endrinos en plena floración utilizados como defensa en vallado de piedra

El género Prunus, al que pertenece el endrino, Prunus spinosa, es el mismo de los almendros, albaricoqueros, melocotoneros, ciruelos y cerezos, todos ellos caracterizados por sus frutos comestibles. En el caso de las endrinas, su uso más popular es la preparación del licor navarro llamado pacharán, también elaborado en Aragón. Para producir el pacharán se utilizan unos 300 gramos de endrinas que se dejan macerar en aguardiente de anís. El pacharán se elabora en Navarra desde la Edad Media y el nombre castellanizado lo toma del euskera, patxaran -paitar, aguardiente y aran, endrino-. En Aragón también es común la producción artesanal de este licor, especialmente en la zona pirenaica.

En cuanto a sus propiedades medicinales, las flores de Prunus spinosa, en infusión, tienen efectos laxantes, aunque muy suaves, por lo que se afirma que son apropiadas para los niños. Los frutos –las endrinas- alivian las diarreas y son calmantes de los dolores estomacales, aunque conviene tomarlas en forma de jarabe o compota cuando ya están bastante maduras. Son ricas en vitamina C, hierro, potasio y calcio. En cuanto a las hojas, se les atribuyen propiedades beneficiosas en el tratamiento de la diabetes. ÁNGEL S. CRESPO  para GUADARRAMISTAS

Prunus spinosa detalle de sus flores 681x1024 Prunus spinosa, endrino

Prunus spinosa, detalle de sus flores

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Saturnia pyri

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Saturnia pyri gran pavón nocturno copia Saturnia pyri

Saturnia pyri, gran pavón nocturno

Saturnia pyri, el gran pavón nocturno, es la mariposa más grande de Europa, con una envergadura alar que puede superar los 15 cm.

Saturnia pyri es un lepidóptero heterócero perteneciente a la familia de los satúrnidos –Saturnidae-. Es lo que comúnmente denominamos una polilla, en contraposición a las mariposas diurnas, ropalóceros. Sin embargo, no es una polilla “cualquiera”. La familia de los satúrnidos a la que pertenece Saturnia pyri integra algunas de las mariposas más espectaculares del mundo, incluyendo a la que dicen ser la más bella de Europa, la famosa Graellsia isabelae o Actias isabellae, como se la denomina actualmente.

La vida adulta del gran pavón nocturno es muy corta. La mariposa alada no vive más allá de una semana, en una carrera contrarreloj en la que su único objetivo es la reproducción. En esta fase de su vida ni siquiera se alimenta, de hecho no posee espiritrompa, órgano que sirve a los lepidópteros para succionar su alimento. Es raro verla volar, ya que sus hábitos son básicamente crepusculares y nocturnos. Se sienten atraídas por la luz, por lo que ocasionalmente podemos tener la suerte de toparnos con alguna en las proximidades de las farolas o en núcleos urbanos cercanos a sus hábitats. A veces también se las puede ver posadas en algún tronco o pared, en los últimos momentos de su vida, ya que después del apareamiento los machos, debilitados, mueren, mientras que las hembras lo hacen cuando finalizan sus puestas de huevos.

Saturnia pyri eclosiona entre los meses de abril y junio. Los machos poseen unas antenas plumosas que les sirven para detectar las feromonas emitidas por las hembras, algo que consiguen incluso a varios kilómetros de distancia, y que hace que varios machos acudan simultáneamente al encuentro con la hembra.

Las hembras, algo más grandes que los machos, depositan sus huevos, unos 200, en las fisuras y recovecos de los árboles. Las larvas nacerán a finales de primavera para llegar a convertirse, tras cuatro fases de muda, en  grandes orugas -pueden medir más de 10 cm-.

Hacia el mes de agosto, las orugas se han transformado en crisálidas y en este estado pasan el invierno, ocultas en los huecos de los árboles. Durante la primavera siguiente terminan su ciclo y se convierten en imago o mariposa adulta.

Las orugas del gran pavón nocturno se alimentan de diferentes especies forestales, entre otras, las de Quercus, Salix, Populus, Alnus o Bétula, pero tienen preferencia por los frutales, especialmente por los almendros. Sin embargo, a pesar de su tamaño, las orugas no son muy dañinas, ya que viven aisladas y no forman grupos. Además, son objeto de depredación por muchos animales y parasitadas, frecuentemente, por otros insectos.

Saturnia pyri, gran pavón nocturno, se distribuye por todo el área mediterránea, incluyendo la Península Ibérica, Europa central e Islas Británicas, en este último caso existe una sola cita. Las plantaciones de frutales y las zonas forestales donde abunden sus plantas nutricias constituyen su hábitat. Por desgracia, el uso de pesticidas hace que cada día sea más escasa. En algunas comunidades autónomas, como la de Madrid, Saturnia pyri está considerada especie de interés especial, incluida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas. ÁNGEL S. CRESPO para GUADARRAMISTAS

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Achillea millefolium, milenrama

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Achillea millefolium detalle de las flores 682x1024 Achillea millefolium, milenrama

Achillea millefolium, detalle de las flores

Achillea millefolium, milenrama. Esta planta recibe su nombre del héroe griego Aquiles, de quien se dice que curaba las heridas de sus soldados con esta planta de la familia de las compuestas.

Las propiedades de las flores de  aquilea, hierba del carpintero o milenrama, como se conoce a Achillea millefolium, son similares a las de la manzanilla. Poseen un efecto calmante y antiinflamatorio que produce un bienestar general. Está recomendada para los problemas leves estomacales, malas digestiones, sensación de náusea y dolores producidos por la menstruación. Sirve para limpiar heridas y lavar zonas propensas a ser infectadas. Se considera que tiene propiedades hipotensoras e incluso ligeramente antibióticas respecto a Staphylococcus aureus, una bacteria resistente a la penicilina, causante de diversas enfermedades como la conjuntivitis, o algunas tan serias como la meningitis. Por contra, algunas personas son alérgicas y pueden presentar erupciones cutáneas tras el consumo de esta planta.

Achillea millefolium se distribuye por toda Europa, incluyendo la Península Ibérica. Es más escasa cuanto más al sur, ya que prefiere suelos algo húmedos y frescos como los que se dan en los prados de siega y pastizales. Alcanza casi un metro de altura y florece entre los meses de junio y agosto.

Las flores de la milenrama, Achillea millefolium, son ligeramente fragantes y atraen a multitud de insectos que encuentran en ellas un exquisito alimento. Las numerosas florecillas blancas se reúnen en corimbos, formando conjuntos muy vistosos en la época de floración.

Esta planta también recibe el nombre común de milhojas, cientoenrama, milefolio y hierba o “yerba” del carpintero o de los carpinteros, por sus propiedades para curar y limpiar heridas. Se dice que la referencia a los carpinteros se debe a una leyenda francesa según la cual, San José se hizo una herida y su hijo Jesús le trajo esta planta para curarlo.  Es la misma propiedad curativa de heridas que le da el nombre científico de Achillea, Achillea millefolium, en honor a Aquiles, el héroe de la Guerra de Troya, capaz de sanar rápidamente de las heridas que él y sus soldados sufrían en combate. ÁNGEL S. CRESPO  para GUADARRAMISTAS

Achillea millefolium milenrama 1024x681 Achillea millefolium, milenrama

Achillea millefolium, milenrama

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